Esto no se lee expresamente en ningún pasaje de Flavio Josefo, el historiador judío de la época; pero se deduce con rigor matemático de diversos hechos.
En primer lugar nos dice que Herodes reinó 37 años a contar de su reconocimiento por el Senado de Roma en 714 de Roma, en el Consulado de Domicio Calvinio y Asinio Polion. 714 más 37 nos dan 751, pero teniendo en cuenta que ni el primero ni el último son completos, quedan reducidos a 750. Asimismo nos asegura que los años efectivos del reinado de Herodes, a contra de la ocupación de Jerusalén, en 717 de Roma, fueron 34, los cuales nos llevan a la misma data de 750.
A Herodes sucedió en Judea su hijo Arquelao, de quien hace memoria San Mateo. Arquelao fue depuesto por Augusto el décimo año de su reinado, el 759 de Roma, en el Consulado de Emilio Lepido y Arruncio. Otro hijo de Herodes, Herodes Antipas, que reinó en Galilea, y muchas veces es recordado en los Evangelios, fue depuesto por Calígula el año 792 de Roma, después de haber alcanzado el año 44 de su reinado. Restando de 791, 44 años, y teniendo en cuenta lo que antes dije de los años incompletos, venimos a parar a los 750 años como fecha de la muerte de Herodes. Tenemos, pues averiguado que, habiendo muerto Herodes el año 750 de Roma, nuestra era va retrasada cuatro años como “mínimum”. El “máximum” nos lo puede dar otro cálculo. Jesucristo nació en época de paz, “toto orbe pace composito”, dice el Martirologio. Este tuvo lugar el año 746 en que Augusto cerró el templo de Jano y proclamó la paz en el Imperio, según lo atestigua una medalla suya con esta inscripción: “Pace perpetua”. Queda, pues, como conclusión que la fecha máxima en que se puede retrasar el nacimiento de Jesús será el año 746 de la fundación de Roma. Por tanto que Jesucristo nació entre los años 4 y 8 antes de la era iniciada por Dionisio el Exiguo. Pretender mayor precisión es arrojarse en la región de lo desconocido. Esto por lo que toca al punto de partida. Vengamos ahora a la duración de la vida oculta de Jesús, que ordinariamente se calcula en treinta años.
Para fijarla disponemos de los datos que nos da San Lucas en el comienzo del capítulo tercero de su Evangelio, que dice así: “En el año quince del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilato, procurador de Judea; Herodes, tetrarca de Galilea; Filipo, su hermano, tetrarca de Iturea y de Traconítida, y Lisanias, tetrarca de Abilene, y durante el pontificado de Anás y Caifás, Juan, hijo de Zacarías, recibió en el desierto la palabra de Dios” (Lc 3,1).
De todos estos personajes el único que nos interesa es el primero, por llevar indicado el año de su reinado. Ahora bien; Tiberio fue asociado al Imperio por Octavio Augusto el 764 o 765 de la fundación de Roma, y fue proclamado emperador a la muerte de aquel príncipe, acaecida el 19 de agosto del año 767. ¿Cuál es el punto de partida de la fecha señalada por San Lucas? No se puede asegurar con certeza, aunque lo más probable sea la última. Según ella, el año 15 de Tiberio comenzaría el 19 de agosto de 771, o sea 31 y medio después de la muerte de Herodes el Grande. En la otra hipótesis habría que retrasarla dos o tres años. Pero esta fecha sólo nos da el comienzo del ministerio del Bautista, no el de Jesucristo, que viene después.
Durante el ministerio del Bautista, concurriendo de todas partes las muchedumbres para recibir el bautismo de penitencia, se presentó también Jesús. Este bautismo señala el principio de la vida pública del Salvador, “cuando tenía como unos 30 años”, según nos dice san Lucas (3,23).
La expresión empleada por el evangelista es solo aproximativa; y, según ella, lo mismo puede decir que Jesús pasaba algunos años de los treinta, como que le faltaban algunos para cumplir esta edad. San Lucas fija su atención en el número 30, para decir que Jesús frisaba en esa edad. Sea cual fuere el motivo por que el evangelista tome por tipo esa cifra, es evidente que con ella no precisa la edad del Salvador; solo la indica de una manera aproximada. Apoyados en este texto podríamos refutar la sentencia de san Ireneo y otros, que dan a Jesucristo cuarenta años al finalizar su vida pública; pero no se podrá con solo el afirmar que tenía treinta años exactos al comenzar su ministerio. Tampoco se puede utilizar para fijar la fecha de este suceso el decimoquinto de Tiberio, que el mismo evangelista nos da como fecha del comienzo del ministerio de Juan. Los cuatro evangelistas están unánimes en colocar el bautismo de Jesús, y, por consiguiente, el principio de su predicación hacia el ocaso del Bautista; pero ninguno más señala la duración de su vida pública. Quedamos, pues, en que el Salvador empezó su predicación después de ese año 15º. Cuanto tiempo después no lo sabemos.