El pasado viernes conocíamos las retribuciones de nuestros padres de la patria, y el sistemita ese de pensiones que se han cocinado ellos “tan similar” al que rige para el resto de los españoles. Si al menos fuera todo... Lamentablemente no lo es. El sistema de privilegios de nuestros padres de la patria no hacía sino empezar. Vamos a conocer ahora hoy las ventajas correspondientes a los capítulos “indemnizaciones” y “otras prebendas”. Empecemos por las primeras.
 
            Cada vez que se produce una disolución de las cámaras, tenemos la primera indemnización, recogida en el artículo 11.1 del Reglamento de pensiones parlamentarias y otras prestaciones económicas a favor de los ex-parlamentarios, aprobado por las mesas del Congreso de los Diputados y del Senado en su reunión del día 11 de julio de 2006:
 
            “Los miembros de las Cortes Generales que causen baja por disolución de las Cámaras tendrán derecho a percibir una indemnización de transición en un pago único y en la cuantía que determine la Mesa de la respectiva Cámara con cargo al Presupuesto de la misma”.
 
            Una indemnización “de transición” (¿de transición a donde?), de la que ni siquiera se nos dice su cuantía, y que, según parece, cobran por el solo hecho de terminar una legislatura.

             Independiente de ella, tenemos la segunda indemnización que recoge el Reglamento: la de los artículos 12 y 13, por virtud de los cuales, el diputado o senador que no renueve su mandato, tendrá derecho a una indemnización equivalente de una mensualidad de la asignación constitucional por cada año de mandato parlamentario en las Cortes Generales o fracción superior a seis meses, y hasta un límite máximo de veinticuatro mensualidades” (artículo 13.1).
 
            No termina aquí la cosa. Fíjense Vds. en la siguiente, recogida en el artículo 8 del mismo Reglamento:
 
            En caso de carencia de ingresos o de patrimonio suficientemente probada, el ex-parlamentario al que las Cortes Generales mantengan en situación de alta en la Seguridad Social tendrá, además, derecho a percibir una ayuda equivalente al sesenta por ciento de la asignación constitucional hasta que complete el periodo de cotización necesario para causar el derecho a la pensión de jubilación”.
 
            Refiérese el artículo en cuestión, a los diputados y senadores que, independientemente del tiempo que lo hayan sido (en buena teoría, bastaría un día como “padre de la patria”), tengan, al causar baja en las Cortes, 55 años, y no realicen trabajo alguno. No está mal, ¿verdad? Cotización a la seguridad social a cargo de las Cortes hasta alcanzar siete años para tener derecho al 80% de la pensión máxima, y entretanto, asignación del 60% del sueldo que cobrarían si estuvieran en activo. Todo ello... ¡¡¡a cambio de no hacer nada!!! ¿Lo haría Vd.?
 
            Amén de todo ello, las Cortes Generales, con cargo a su Presupuesto y, para todos los Diputados y Senadores durante su mandato, abonarán a un plan de previsión social la cantidad correspondiente al diez por ciento de la asignación constitucional” (artículo 16).
 
            Y por si todo ello fuera poco, los ex-parlamentarios a los que la duración de su mandato no les permita obtener la pensión parlamentaria, así como, en su caso, sus cónyuges viudos o sus hijos menores de 25 años, podrán solicitar a las Mesas del Congreso de los Diputados y del Senado la concesión de una ayuda económica” (artículo 9), una ayuda con carácter de "graciable", según se dice, y de la que tampoco se fija la cuantía.
 
            Pasemos ahora al capítulo que llamaríamos “otras prebendas”. Pues bien, de la propia página del Congreso extraigo la siguiente información:
 
            “A partir del 1 de enero de 2006, la cuantía de las dietas devengadas por los desplazamientos que los Diputados realizan en misión oficial se cifran en 150 € por día en el supuesto de desplazamientos al extranjero, y 120 € diarios en el de viajes dentro del territorio nacional”.
 
            Según la misma página, disponen además diputados y senadores de las siguientes ventajas para transporte:
 
            “El Congreso de los Diputados cubre los gastos de transporte en medio público (avión tren, autobús o barco) de los Diputados. Se trata de un reembolso de gasto, es decir, no se facilita una cantidad al parlamentario, sino que se le abona directamente el billete a la empresa transportista. Excepción hecha, claro está, del uso del propio automóvil, en cuyo caso y previa justificación, se abona 0,25 € por kilómetro.
            2. A partir del mes de mayo de 2006 la Cámara facilita a cada Diputado que no dispone de vehículo oficial una tarjeta personalizada que permite abonar el servicio de taxi en la ciudad de Madrid. La disponibilidad de dicha tarjeta tiene un límite mensual de 250 €.”
 
            Es decir, viajes en avión, tren o barco sin necesidad ni de justificar el gasto (parece que, para ello, disponen las cámaras de una partida de 5 millones de euros), y 250 euros/mes para gastarse en taxis... A una media de 5€/taxi, 50 taxis al mes.
 
            Y por supuesto, blackberry y ordenador portátil a todo gasto para cada diputado o senador. No se pierdan Vds. la justificación (sacado de las páginas del Congreso y del Senado):
 
            “Las convocatorias a las sesiones de la Cámara se efectúan por correo electrónico y mensajes SMS. Por ello, el Congreso facilita a los Diputados ordenadores portátiles, así como teléfonos móviles que permitan ejercer la función”.
 
            Y despacho, claro está (¿saben Vds. lo que vale un despacho individual en el distrito Cortes de Madrid?):
 
            “3. Todos los Diputados disponen de despacho propio en el Congreso”.
 
            Algunos senadores, al menos, comparten despacho (extraído de la página del Senado):
 
            “2. Todos los Senadores disponen de despacho propio o compartido en el Senado”.
 
            Y naturalmente, asistente personal, faltaría más.
 
            “4. Por último, determinados Diputados (miembros de Mesa, Presidentes de Comisión), tienen la posibilidad de contar con personal de confianza para apoyarles en el ejercicio de su función.
            - El Gabinete de la Presidencia cuenta actualmente con 10 miembros.
            - Los miembros de la Mesa (Vicepresidentes y Secretarios) disponen de dos personas cada uno para esta tarea.
            - Los Presidentes de Comisión cuentan con un asistente para cada uno de ellos.
 
            Además, hay 194 asistentes para el resto de los diputados, distribuidos de la siguiente manera:
 
Grupo Parlamentario
Diputados
Asistentes
Ratio x Diputado
Grupo Parlamentario Socialista
169
85
0,50
Grupo Parlamentario Popular
153
82
0,54
Convergencia i Unió
10
10
1
EAJ-PNV
6
6
1
Grupo Parlamentario Mixto
7
6
0,86
Grupo Parlamentario ERC –IPCV
5
5
1
 
            Por si todo ello fuera poco (esto no se acaba jamás) “el Congreso [asignará] a los Grupos Parlamentarios, [...] con cargo a su Presupuesto, una subvención fija idéntica para todos y otra variable en función del número de Diputados de cada uno de ellos” (artículo 28. 1).

            Subvención que queda de la siguiente manera:
 
Grupo parlamentario
Diputados
Subvención
Ratio x diputado
Grupo Socialista
169
920.054,67
5.444,11
Grupo Popular
153
841.071,15
5.497,20
Convergencia i Unió
10
135.155,94
13.515,59
Grupo EAJ-PNV
6
115.410,06
19.235,01
Grupo Mixto
7
120.346,53
17.192,36
Grupo ERC –IPCV
5
110.473,59
22.094,
 
            Esto, por lo que se refiere a "indemnizaciones" y "otras prebendas". Dedicaremos todavía un capítulo a la "jornada laboral" de nuestros diputados y senadores, y hasta un capítulo suplementario a las competencias de la que se da en llamar cámara alta, el Senado. Con lo que dispondrán Vds. de un panorama completo sobre la conveniencia de aceptar el ofrecimiento, si algún día, Dios lo permita, algún partido político con posibilidades de introducirle en el Congreso o el Senado se dirige a Vd. con oferta tan suculenta. Pero eso será ya otro día, que por hoy, bastante tienen si son capaces de aprenderse de memoria todo lo que les van a dar cuando sean elegidos en el selecto grupo de los padres de la patria


 
 
 
 De lo que nos cuestan diputados y senadores
De la penúltima astracanada en la política patria
De la hermosa lección que nos viene de Alemania