Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él (1Jn4,16).La Eucaristía es memorial del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, pues lo es de su misterio pascual. Esto hace que la celebración sea un lugar de encuentro con ese amor, no de un conocimiento conceptual del mismo, sino que lo que se hace presente es el amar mismo de Dios.
Y que sea encuentro, que ese Amor nos salga al encuentro, quiere decir que la Eucaristía es lugar para conocer cómo es ese Amor, conociéndolo en cómo me está amando. Jesús revela quién es Dios y su misterio de salvación para con nosotros. Jesús al realizar la voluntadsalvífica de Dios desvela quién es Dios y Dios se revela, como Amor que es, amándonos en Jesús. El Amor no es una cosa estática, es acción y la pura acción es Amor, es amar y el Amor es pura acción pura. Dios no tiene la inmutabilidad de una piedra inerosionable, sino la de la sola acción pura, sin sombra de potencia. Su inmutabilidad no es inacción, sino pura acción. Conocemos a Dios en su acción y su acción nos lo desvela. La humanidad de Cristo es perceptibilidad de acción divina, del Amor.
Pero ese amor de Dios manifestado en la oblación crucial de Cristo es cognoscible por fe. En la presencia sacramental del misterio pascual, en la recepción en la comunión del don de sí mismo que Jesús hace, conocemos y creemos que el amor de Dios para con nosotros es; no es una ilusión, ni un concepto, ni una proyección, sino que es. El Amor es Verdad.
[Un comentario a la otra antífona de comunión de este formulario segundo del Tiempo Ordinario lo tenéis aquí]