La supresión de símbolos es cosa muy antigua. Ya se daba en el Imperio Romano.
Pero la supresión de símbolos no cambia la Historia.
La Historia es irreversible, aunque algunos quieran cambiarla.
Los iconoclastas pasarán, pero la verdad permanecerá.
La propaganda puede engañar a algunos, pero las mentiras pasan, y la verdad es una roca perdurable.
Los que creemos en Dios sabemos que llegará el día en que la verdad será patente para el mundo entero.
Y los que no creen en Dios también lo verán, aunque hoy no lo crean.
JORGE LORING, S.I.
jorgeloring@gmail.com