Te deseo de corazón que ese bebé nacido en Belén, te llene no solo de paz, sino de Alegría, por haberte revelado el mayor misterio de toda tu vida: que todo un Dios, el mismo que te creó y te dio la vida, se haga un bebé para estar más cerca de ti, para acogerle, acunarle y cantarle, como lo hace con su hijo una madre, un hermano, un amigo.

¡Dios te bendiga, y te llene de Alegría!





Imagen: Refugiados cristianos al norte de Jartum. Sudán 2010.