Jesús, Dios-está-con-nosotros
Texto Bíblico: Lc. 2, 612 y Mt. 1, 21-25
Guía para la reflexión:
• ¿Dónde nos relata la Biblia que nació Jesús? ¿Qué significa la frase «no había lugar para ellos»?
• ¿Cuál es el nombre que recibirá el recién nacido, según la profecía de Isaías?
• ¿Qué significado tiene este nombre «Dios-está-con-nosotros»?
- Intenta recordar acontecimientos del Antiguo Testamento en los que Dios haya estado junto a su pueblo.
- Intenta recordar pasajes de la vida de Jesús en los que se aprecie que El estuvo junto a su pueblo.
- Recuerda momentos de tu vida en los que Dios haya estado contigo y con tu familia. Comparte estos momentos con otros.
BENEDICTO XVI HABLA DEL PORTAL DE BELÉN
En algunas representaciones navideñas de la Baja Edad media y de comienzo de la Edad Moderna, el pesebre se representa como edificio más bien desvencijado. Se puede reconocer todavía su pasado esplendor, pero ahora está deteriorado, sus muros en ruinas; se ha convertido justamente en un establo. Aunque no tiene un fundamento histórico, esta interpretación metafórica expresa sin embargo algo de la verdad que se esconde en el misterio de la Navidad. El trono de David, al que se había prometido una duración eterna, está vacío. Son otros los que dominan en Tierra Santa. José, el descendiente de David, es un simple artesano; de hecho, el palacio se ha convertido en una choza. David mismo había comenzado como pastor. Cuando Samuel lo buscó para ungirlo, parecía imposible y contradictorio que un joven pastor pudiera convertirse en el portador de la promesa de Israel. En el establo de Belén, precisamente donde estuvo el punto de partida, vuelve a comenzar la realeza davídica de un modo nuevo: en aquel niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. El nuevo trono desde el cual este David atraerá hacia sí el mundo es la Cruz. El nuevo trono —la Cruz— corresponde al nuevo inicio en el establo. Pero justamente así se construye el verdadero palacio davídico, la verdadera realeza. Así, pues, este nuevo palacio no es como los hombres se imaginan un palacio y el poder real. Este nuevo palacio es la comunidad de cuantos se dejan atraer por el amor de Cristo y con Él llegan a ser un solo cuerpo, una humanidad nueva. El poder que proviene de la Cruz, el poder de la bondad que se entrega, ésta es la verdadera realeza. El establo se transforma en palacio; precisamente a partir de este inicio, Jesús edifica la nueva gran comunidad, cuya palabra clave cantan los ángeles en el momento de su nacimiento: «Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que Dios ama», hombres que ponen su voluntad en la suya, transformándose en hombres de Dios, hombres nuevos, mundo nuevo.(...)
En el establo de Belén el cielo y la tierra se tocan. El cielo vino a la tierra. Por eso, de allí se difunde una luz para todos los tiempos; por eso, de allí brota la alegría y nace el canto. Al final de nuestra meditación navideña quisiera citar una palabra extraordinaria de san Agustín. Interpretando la invocación de la oración del Señor: “Padre nuestro que estás en los cielos”, él se pregunta: ¿qué es esto del cielo? Y ¿dónde está el cielo? Sigue una respuesta sorprendente: Que estás en los cielos significa: en los santos y en los justos. (...). El cielo no pertenece a la geografía del espacio, sino a la geografía del corazón. Y el corazón de Dios, en la Noche santa, ha descendido hasta un establo: la humildad de Dios es el cielo. Y si salimos al encuentro de esta humildad, entonces tocamos el cielo. Entonces, se renueva también la tierra. Con la humildad de los pastores, pongámonos en camino, en esta Noche santa, hacia el Niño en el establo. Toquemos la humildad de Dios, el corazón de Dios. Entonces su alegría nos alcanzará y hará más luminoso el mundo. Amén.
Mensaje:
El Señor nace y es Dios-con-nosotros, para mostrarnos el rostro definitivo de su Amor siempre presente y a nuestro lado.
El niño que nace está en pañales... como nuestras esperanzas de cambio, de hacer un mundo más justo, una sociedad más fraterna. Este niño necesita cuidados, atención, respeto, tiempo, dedicación, entrega... para poder crecer. La esperanza está entre nosotros, depende de tí, de mí, de nosotros todos que crezca y brille su luz para todos.
Oración
Señor, ayúdanos a dar lo mejor de nosotros para hacer crecer tu Reino en medio nuestro.
Para nuestra vida
• Piensa un gesto solidario concreto que puedas vivir en este Adviento para aportar tu «granito de arena» a un mundo más hermano.
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