Les invito a escuchar una edición del programa “Tengo una pregunta para Vd.” en la que se produce una interesante conversación -el youtube en cuestión lo titula rifirrafe, no estoy de acuerdo, no se trató de un rifirrafe sino de un interesantísimo diálogo-, de unos cinco minutos entre el Sr. Durán Lleida y una mujer musulmana que formaba parte del público. El programa tiene cierta antigüedad, pero el debate, en el que ambas partes exhibieron excelentes maneras y brindaron momentos maravillosos, es una verdadera delicia y no ha perdido, en modo alguna, actualidad. Razón por la que lo traigo a estas páginas.
La musulmana, Rachida El Rhoumari, 50 años, dos hijas, ataviada con un velo y un traje color violeta, exhibía una elegantísima presencia, unos excelentes modales y un dominio del español que ya quisieran muchas personas cuya lengua natal no es otra. Mencionó a sus hijas españolas, insistiendo varias veces en su condición de tal (“son españolas”, “se sienten españolas”) lo que, dicho delante del nacionalista Durán Lleida, resultaba particularmente divertido. Y tanto insistió, que al final el propio Sr. Durán se vio obligado a reconocer en su argumentación, la condición española de sus propios padres (minuto 4:37), como también, que llevaba un crucifijo debajo de la camisa (minuto 3:12), algo que, por cierto, no ha ocultado nunca el Sr. Durán Lleida.
La pregunta de Rachida, formulada en pocas palabras, se refería a las dificultades que hallaban sus hijas para encontrar trabajo presentándose, como lo hacían, ataviadas con un velo. La respuesta de Durán no desmereció, ni en maneras ni en contenido, a la pregunta formulada por su educada y elegante interlocutora. Estas son algunas de las ideas que Durán expresó (no se transcriben literalmente):
“En la medida en que el velo sea la expresión de una religión yo no tengo nada que objetar. Ahí está del pluralismo religioso, la libertad religiosa. En la medida en que es un símbolo cultural, para mí todas las culturas no tienen el mismo valor, yo creo que la nuestra, respetando la que Vd. representa, está basada en los derechos humanos y en la igualdad hombre mujer. Si el velo lo llevan voluntariamente bien. Si lo llevan porque es un símbolo religioso bien. Si lo llevan porque la cultura les obliga y el marido les obliga, estoy completamente en desacuerdo”.
“Yo lo que protejo es que Vd. lleve el velo libremente, pero me admitirá, y yo conozco casos concretos, que no siempre es así”. Mencionó el caso de unos padres musulmanes entrevistados en un medio de comunicación catalán que, preguntados si sus hijas deberían seguir llevando velo una vez cumplidos los dieciocho años, es decir, alcanzada la mayoría de edad, respondieron que por supuesto.
“La suya es una cultura que yo respeto muchísimo, pero que no comparto”.
“Yo respeto lo que es Vd., pero Vd. tiene que respetar lo que yo represento y lo que representa esta cultura”.
“Yo soy católico, Vd. es musulmana, ni yo soy mejor, ni Vd. es mejor. Pero reitero, hablamos de un debate más allá de lo religioso, un debate cultural”.
“Me hubiera gustado que Vd. no hubiera necesitado salir de su casa, y venir aquí. Vd. ha venido a una sociedad que tiene una cultura distinta. La mía se puede enriquecer con sus aportaciones, pero no puede ser sustituída por la suya. Yo le pido a Vd. que se integre, y que se integre en la cultura que nosotros representamos”.
“Y cuando yo voy a determinada sociedad del islam ¿puedo ir como quiera, puede ir como quiera mi mujer? Si una mujer de aquí estuviera en unos de esos países, no podría ir vestida como ella desearía, sino en función de la cultura de ese país. Yo le pido que reflexione sobre esta cuestión”.
“Esta es una sociedad distinta, ni mejor ni peor, pero distinta. Y por tanto, en la medida en que es una sociedad con unos valores, Vds. también tienen que saber integrarse aquí”.