Tengo la suerte de ser amigo personal de un grandísimo apóstol de nuestros días, a quien considero émulo fiel del apóstol S.Pablo, por sus innumerables viajes por el mundo entero y por su celo incansable, en la tarea misionera-evangelizadora.

Me refiero en concreto al jesuita, de origen catalán, P. Jorge Loring y español de alma y corazón, residente ahora en su comunidad de Cádiz.

El P. Loring es conocido en todo el mundo, por sus múltiples escritos, entre los que sobresale “PARA SALVARTE”, traducido a todas las lenguas conocidas, sus conferencias en incontables ámbitos intelectuales, científicos y universidades, junto con sus apariciones en todos los medios.

He aquí la última andanza, contada con la sencillez de una “florecilla franciscana” que me tomo la libertad de dar a conocer al público. Dice entre otras cosas:

Gracias por tu aprecio. Te escribo desde Méjico donde estoy dando conferencias por doce ciudades.
Volveré e España en enero. A título informativo te voy a copiar la carta que le mandé a mi Superior…Ya estoy en Ensenada, una bonita ciudad del Pacífico en la península de California.Viaje muy largo.

Estaba en Barajas a las 11 de la mañana y llegué aquí a la dos de la madrugada (hora local) que son las a las 11 de la mañana (hora española) del día siguiente. Es decir, 24 horas de viaje, de las cuales 12 sobre el Atlántico. Sin embargo no llegué cansado, a pesar de mis noventa años. LAUS DEO.

En Barajas he tenido uno de los mayores contratiempos en este setenta y siete salto del Atlántico. En los setenta y seis anteriores, nunca me había pasado. Cuando voy a sacar mi pasaporte, no está en su sitio. Lo busco por todo el equipaje, y no lo tengo.¿Qué hago? No puedo volar.¡Qué catástrofe! Le pido a Dios con toda mi alma una solución.

En ese momento pasa por allí un sacerdote. Ni yo lo conocía ni él a mí, pero al ver mi cuello sacerdotal y la cara de angustia que yo tenía se me acerca y me dice:
- Soy el capellán de Barajas, ¿en qué puedo ayudarle?
Le cuento mi problema y me dice: - Venga conmigo.
Como estábamos en la terminal 1, salimos, cogemos un autobús gratuito que nos lleva a la Terminal 4, subimos al puesto de policía, me presenta al jefe de la policía y me dan un pasaporte provisional para tres meses.
Me costó 35 euros, pero ¡¡¡TODO RESUELTO!!!
Este encuentro ha sido providencial.

He pasado por Barajas más de cien veces, y nunca me tropecé con el capellán. Dios me lo mandó cuando lo necesitaba. Lo inconcebible es que yo no llevara el pasaporte, pero como siempre está en su sitio, no me preocupé. Pero lo había cogido para dar su número para que me sacaran el billete de avión, y no lo guardé enseguida. Lo dejé sobre la mesa de mi despacho, después puse papeles encima y nunca más lo ví, ni me acordé de él. Mi falta es imperdonable, pero la Providencia de Dios es maravillosa.

Otro contratiempo, pero pequeño, comparado con el anterior, es que según las nuevas normas, las maletas no van directamente al punto de destino, sino que el tocar el primer aeropuerto de la nación hay que recogerlas, pasar la aduana, y luego llevarlas al otro avión de conexión.Conviene saberlo, porque esto es muy molesto cuando se lleva mucho peso.Seguiré informando.

Un fuerte abrazo de
JORGE LORING, S.I.
COMUNIDAD JESUITAS.
Plaza del Avemaría, n. 3
11500 - EL PUERTO DE SANTA MARÍA CÁDIZ - España
jorgeloring@gmail.com
www.arconet.es/loring
Tel.: (34) 956 87 46 47

Hasta aquí su escrito.Sin comentario. Acompañemos con nuestro afecto, simpatía y oración a este joven apóstol jesuíta que es ejemplo para todos los que nos llamamos apóstoles de Cristo.

MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN