En 1976 la iglesia episcopaliana (los anglicanos de Estados Unidos) aprobó la ordenación de mujeres como «sacerdotes» y «obispos». La escisión no tardó en llegar: miles de fieles y pastores se desvincularon y otros pasaron a la Iglesia católica.
En 2003 la herida se reabrió con la «ordenación episcopal» de Gene Robinson como «obispo» episcopaliano de New Hampshire, Estados Unidos. El caso no fue para menos: tras haber estado casado con una mujer, con la que procreó dos hijas, Robinson se divorció y se unió a otro hombre, Mark Andrew, con el que se «casó» civilmente en 2008.
Miles de episcopalianos se desvincularon y no pocos obispos de la comunión anglicana se desmarcaron y mostraron su rechazo a la «consagración episcopal» de Gene Robinson.
Ya como «sacerdote» episcopaliano, Robinson se avocó a la lucha por el reconocimiento «eclesiástico» del gaymonio. Su nombramiento como «obispo» supuso una profunda ruptura con las enseñanzas explícitas de la Biblia sobre el tema de la homosexualidad (se puede profundizar en este tema ingresando en el siguiente ). La contestación del mundo anglicano, especialmente de África y Latinoamérica no se hizo esperar.
Como recogía el pasado 6 de noviembre de 2010, Gene Robinson anunció su decisión de renunciar a su cargo en 2013. ¿La razón? La «presión» constante sobre él y su familia a raíz de su elección. La edad de retiro para los obispos anglicanos es de 72 años. Robinson tiene 65.
El caso de Robinson no es único. La aceptación de lo que dice relación con la homosexualidad ha encontrado un excelente campo de acción en buena parte del episcopalianismo estadounidenses, aunque no sólo. A mediados del mes de julio de 2009, en Anaheim, California, la convención general de la iglesia episcopaliana aceptó por votación mayoritaria el continuar «ordenando obispos» homosexuales. La votación estuvo presidida por la «obispo» Kathleen Jefferts Schori.
La decisión pronto se llevó a la práctica: el 8 de diciembre de 2009 eligieron como «obispo» coadjutor de Los Ángeles, California, a una pastora lesbiana. Se trata de la señora Mary Glasspool, de 55 años. Glasspool fue «consagrada» el 15 de mayo de 2010 por otra mujer «obispo», Jefferts Schori, quien presidió la votación de julio de 2009.
Al respecto, la agencia ACI Prensa (cf. 15.07.2009) recogió unas significativas declaraciones del director del Instituto Religión y Democracia de la acción anglicana, Jeff Walton: «La iglesia episcopaliana quiere seguir adelante pero con sus propios términos. En la comunión anglicana 22 de las 37 provincias ya no comparten la comunión, o la comparten parcialmente, con la iglesia episcopaliana. Esta decisión de los episcopalianos hará aún más efectiva la separación del resto de anglicanos del mundo».
En septiembre de 2007, los obispos episcopalianos aceptaron suspender las ordenaciones de obispos homosexuales y uniones entre personas del mismo sexo ante la inminencia de un cisma dentro del mismo grupo episcopaliano de ese país. Como se puede ver, de poco sirvió aquel acuerdo.
En la línea de los episcopalianos fue la decisión de la segunda denominación tradicional protestante estadounidense más numerosa, la de los luteranos. Después de reunirse para la convención de Minneapolis, en agosto de 2009, la iglesia luterana decidió adaptarse a lo políticamente correcto con la aprobación del acceso a los púlpitos de personas homosexuales, incluso al episcopado. La resolución contó con 559 votos a favor y 451 en contra.
La iglesia evangélica luterana unida, de Argentina, aceptó en febrero de 2010 bendecir las relaciones homosexuales (cf. ForumLibertas.com, 17.02.2010).
En Suecia, la iglesia evangélica, que es la del Estado, aprobó en octubre de 2009 la celebración de «matrimonios» homosexuales en sus templos. La iglesia luterana del país vecino, Noruega, los acepta también desde 2009. La iglesia luterana de Dinamarca fue «pionera»: desde 1997 bendice gaymonios en sus templos.
En abril de 2010, un grupo denominado Roman Catholic Womenpriest (Mujeres Sacerdote católicas) “ordenó” a Janine Denomme en Chicago. Janine era una activista lesbiana, estaba enferma de cáncer y murió a las pocas semanas. Su caso ha servido de bandera para enarbolar supuestos «derechos» y acusar a la Iglesia católica de retrógrada.
Según el informe ARIS 2008, los episcopalianos han reducido sus filas en más de un 30% por la permisividad moral de sus normas. Buena parte del origen del problema se hace más lúcido al profundizar en lo que buena parte del clero anglicano piensa.
En julio de 2002, el Christian Research presentó el informe estadístico titulado Cost of Conscience. En él se analiza las creencias del clero anglicano masculino y femenino tomando como punto de referencia las afirmaciones del Credo (idéntico al nuestro) rezado en los oficios anglicanos.
¿Cuáles eran los resultados? En el Espíritu Santo cree un 77% de los sacerdotes anglicanos y el 74% de las sacerdotisas; en Dios Padre cree el 83% de los sacerdotes y el 74% de las sacerdotisas; en la Trinidad cree el 78% de los sacerdotes y el 70% de las sacerdotisas. En las referencias a Jesucristo los porcentajes son más contrastantes: el 53% de los sacerdotes cree que Jesús es el único camino para ser salvado mientras que las sacerdotisas sólo lo creen en un 39%; ¿Jesús nació de una madre virgen? El 33% de las sacerdotisas lo creen mientras que los clérigos varones opinan lo mismo en un 58%. Sobre la resurrección de Jesús, sólo el 68% de los sacerdotes anglicanos y el 53% de las sacerdotisas, lo creen.
Tras la publicación de la , del 4 de noviembre de 2009, con la que se especifican los pasos a dar por parte de aquellos anglicanos que desean pasar a la comunión con la Iglesia católica, y la visita de Benedicto XVI del pasado mes de septiembre de 2010 a Gran Bretaña, la respuesta no se he hecho esperar.
En octubre y noviembre de 2010 los prelados anglicanos Keith Newton, obispo de Richborough, John Broadhurst, obispo de Fulham, Andrew Burnham, obispo de Ebbsfleet, David Silk, obispo emérito de Exeter y Edwin Barnes, obispo emérito de Richborough, anunciaron su paso al catolicismo.
Así las cosas, parece que la motivación de la renuncia de Robinson va más en la línea de quien se da cuenta que su iglesia se está quedando vacía: el barco se hunde y al menos hay que salvar la propia vida, diría la sabiduría popular. El permisivismo y liberalismo moral y disciplinar no parecen dar la seguridad que los cristianos realmente esperan, buscan y promueven en base a las enseñanzas auténticas de la Palabra de Dios. Y esto es lo que está hundiendo el barco