Esta mañana ha sido una fiesta en Solsona; apenas su obispo dimisionario Monseñor Jaume Traserra anunciaba el nombramiento de mòssen Xavier Novell i Gomá como su sucesor, me llegaba un correo apresurado escrito desde el móvil de una buena amiga de aquella diócesis pregonando la buena nueva.
No todos los días nombran obispo a un sacerdote de 41 años pues, aunque estaba en muchas quinielas como la de Germinans Germinabit y era uno de los futuribles para Cataluña, con esa edad se puede esperar un cargo intermedio o que lo nombren obispo auxiliar de una diócesis de mayor tamaño.
Y es que Solsona, con toda la historia que tiene, no deja de ser una diócesis de apenas 140.000 habitantes, donde cada domingo se puede oír Misa oficiada en la catedral por el mismísimo obispo. A mí esto me recuerda a los tiempos de San Agustín y cómo este acudía a escuchar las homilías del obispo San Ambrosio, quien fue tan decisivo en su proceso de conversión.
Eran otros tiempos, en los que el carácter más reducido de las diócesis permitían esa cercanía de los obispos con su pueblo; hoy en día en ciertos lugares como en Italia aún se puede observar el fenómeno debido a una cierta hiperinflación de diócesis, nacida de la rica y diferenciada historia de cada rincón del país vecino.
El caso es que Solsona, que está en el centro mismo de Cataluña, en un lugar hermoso y un poco a trasmano de todo, aún siendo una diócesis menor por su carácter eminentemente rural y estratificado, tiene algo muy especial de lo que pocas diócesis pueden presumir.
Ese algo se llamaba hasta hace nada la Pastoral dels allunyats (Pastoral de los alejados), en la que Mn. Xavier Novell ha tenido una participación decisiva como impulsor, y de la que pueden hacer gala frente al resto de las diócesis de España, pues es una diócesis pionera en tener una pastoral así.
Con la creación del nuevo dicasterio, el nombre se ha cambiado por el de Delegación para la Nueva Evangelización, y es gracias a este interés por llegar a todos como he conocido a sus maravillosas gentes, y he podido compartir con Mn. Novell fuera de España y en Solsona algunos momentos muy especiales.
La gran virtud que admiro en Mn. Novell, además de su fidelidad y su entrega, más que demostradas en los años de entrega y trabajo constante secundando fielmente la obra de Monseñor Traserra, es la inquietud que tiene por evangelizar, por ser sacerdote además de administrador, y eso que como tal lo ha hecho estupendamente en su cargo de Vicario General.
No todos los días se encuentra uno con sacerdotes tan en búsqueda, preocupados por llegar a la gente haciendo bueno ese corazón sacerdotal que les hace inasequibles al cansancio y a la sequía que supone los muchos empeños diocesanos en los muchas veces se ahogan tantos sacerdotes buenísimos que hacen todo lo que pueden, abarcando lo inabarcable y dejándose la juventud en el intento.
Por eso que haya un sacerdote así, que es promovido a obispo, es para estar de enhorabuena, pues aunque no sea ni el primero ni el último, de momento es el más joven, y es alguien a quien Dios ha puesto en ese puesto para tener un papel importante en nuestra Iglesia en los años venideros.
Antes de que la dignidad de la investidura episcopal que tendrá lugar el próximo 12 de diciembre y el trabajo que conlleva ser obispo le reclamen para otros menesteres, me gustaría desear a Mn. Xavier Novell que siga siendo predicador a la vez que administrador y gobernante, al estilo de San Ambrosio, descubriendo entre sus gentes esos nuevos agustines que pueden revolucionar la Iglesia.
Sé que es difícil y que si ya de secretario del obispo y Vicario General tenía que hacer malabarismos para estar al pie del cañón en la pastoral dels allunyats, ahora de obispo es casi misión imposible, y tiene que mirar más arriba, para hacer un bien no sólo a su diócesis, sino a toda la Iglesia, comunicando al resto de la iglesia ese don de tener ese celo por evangelizar de una manera nueva que Dios le ha concedido.
Tiene a su favor que Solsona, con su magnífica catedral y todo, sigue siendo un lugar pequeño y asequible, donde cualquiera puede encontrarse al obispo a la salida de la curia y recibir la Eucaristía de sus manos cada domingo.
Es la hora de soñar en grande, de ver cómo Dios, que le gusta lo pequeño y escondido, siempre acierta con el centro de las cosas, y Solsona, en el corazón mismo de Cataluña, tiene el potencial de ser un ejemplo para el resto de diócesis Catalanas y de España entera.
Personalmente me da vértigo pensar que Dios no pierde el tiempo, y que no espera a que alguien llegue a los sesenta años para hacerle obispo si piensa que es la persona adecuada para una misión.
Me cuentan que Mn. Novell se ha mostrado contento esta mañana al dirigirse a todos, y muy agradecido, pensando en todos a los que hacer partícipes de esta alegría. A su vez todo el mundo que lo quiere y lo aprecia está que no cabe en sí de gozo, y así me siento yo, pues esta diócesis tiene mi cariño y admiración en la persona de sus sacerdotes y agentes de pastoral con los que he podido compartir en el último año y medio.
Es hermosos soñar y ver de qué maneras Dios renueva su Iglesia, y les pido a todos ustedes una oración por el próximo nuevo obispo más joven de España para que, renovado y confirmado en su nuevo ministerio, siga santificando al pueblo de Dios mediante el servicio y el don de su vida.