Iniciamos ayer unos capítulos sobre la Vida Eterna, de la mano de Pedro Sergio Antonio Donoso, que en su blog www.caminando-con-jesus.org aborda una realidad teológica de primera categoría. Es verdad que nos resulta un tanto misteriosa la Vida Eterna, la que para nosotros comienza en el momento de la muerte. Pero no deja de ser una realidad a la que estamos llamados a vivir gozosamente.

            Doy la razón al comunicante que con toda precisión aclara que no está revelado lo que ocurre con los niños que mueren sin bautizar. Dios misericordioso los acogerá en su seno y le dará lo mejor para ello. Pueden consultar la cita que nos ofrece del Catecismo de la Iglesia Católica.

 

 

EL QUE CREE EN JESUS, AUNQUE MUERA RESUCITARA.

En el tiempo que Jesús estuvo como hombre en la tierra, tener fe en la resurrección, era algo que estaba en el pensamiento religioso, pero lo que ellos no tenían en mente y no lo sabían, era que el Mesías fuese la resurrección. Y así lo dice el mismo: "Yo soy la resurrección y la vida; quien cree en Mí, aunque muera, revivirá. Jesús, ahora se presenta como el Mesías, agente de la resurrección de los muertos. El es la resurrección, porque el Padre le dio el “tener vida en sí mismo” (Jn 5:26), y por eso El causa la resurrección de los muertos, tanto del alma (Jn 5:25) como del cuerpo (Jn 5:28.29).

Como sabemos, según el Antiguo Testamento el poder de dar la vida y resucitar es atributo exclusivo de Dios. Entonces Jesús con esta enseñanza se está proclamando Dios. Ya lo dijo antes: “Como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo a los que quiere les da vida” (Jn 5:21).

CRISTO ORA POR NUESTRA VIDA ETERNA

Alzando los ojos al cielo, Jesucristo dijo: "Padre, ha llegado la hora; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti. Y que según el poder que le has dado sobre toda carne, dé también vida eterna a todos los que tú le has dado. (Jn 17, 1-3)

Jesús invoca el poder que el Padre le dio sobre todos los hombres. En efecto, Jesús, por razón de su unión hipostática y su misión redentora, tiene este poder, dado por el Padre, sobre todo el género humano. Y es lo que ahora invoca para poder cumplir su misión: que el Padre le glorifique, para que, acreditado ante los hombres en su resurrección, pueda El cumplir su finalidad redentora: para que él diera vida eterna.

EL CAMINO HACIA LA VIDA ETERNA

El camino hacia la vida eterna, se hace con una vida recta, no hay otro modo, y para eso debemos alejarnos de muchos males. San Pablo nos dice: Buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Aspirad a las cosas de arriba, no a las de la tierra. (Col. 3,1)

Las Cartas del Apóstol San Pablo, constituyen una fuente riquísima de sabiduría e inspiración espiritual, ellas inspiran al hombre para la vida recta. En efecto, explican, cómo se pueden vencer las inevitables pruebas de la vida; cómo realizar los altos ideales cristianos y en qué consiste la hazaña de ser cristiano. En la Carta de san Pablo a lo Colosenses, les pide quitar todo lo terrenal que hay en ellos (Col. 3, 5-11), todo los que provoca la molestia de Dios, los malos deseos, la codicia, que es una idolatría, la cólera, ira, maldad, maledicencia y palabras groseras, el mentirse unos a otros. También les pide que aprendan a vivir como hombres nuevos. (Col. 3.12-17), es decir como elegidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de bondad, humildad, mansedumbre, paciencia, soportándonos unos a otros y perdonándonos mutuamente, si alguno tiene queja contra otro. “Como el Señor os perdonó, perdonaos también vosotros. Y por encima de todo esto, revestíos del amor, que es el vínculo de la perfección.”