El pasado sábado 23 de octubre, en un acto con los militantes del Partido Popular de Madrid, el presidente de esta formación política, Mariano Rajoy, aseguró que su partido va por el buen camino y dijo que, frente a las “mentiras” de José Luis Rodríguez Zapatero, él hablará “mucho en los próximos tiempos de valores: del derecho a la vida, de la familia, de España, de educación y de trabajo, esfuerzo, mérito y libertad”.
Al día siguiente algunos medios de comunicación escritos se hacían eco de estas palabras. Así, alguno titulaba la edición impresa de su periódico afirmando que “Rajoy apuesta por el derecho a la vida, España, la familia y la libertad”.
Leer este titular debe llenar de alegría a cualquiera. No es fácil encontrar hoy a un político importante que quiera defender alguno de los valores fundamentales, esenciales; los valores que constituyen el terreno en el que el ser humano se juega el serlo o no. Valores consagrados por nuestra Constitución (que no hace sino sancionar la indeleble aunque no escrita Ley natural) pero que muy pocos partidos prometen respetar y guardar, y menos aún proteger y promover cuando están en el poder.
El actual Gobierno ZP, sobre esto hay pocas dudas, ha machacado estos cuatro grandes valores bajo los cuales Rajoy se ha juramentado. Los ha puesto al borde del abismo. Incluso ha perseguido e insultado a aquellos que, legítima y pacíficamente, han querido defenderlos. Así padres objetores, médicos atados sólo a su recta conciencia, asociaciones pro-vida, etc. han sido durante años (si bien no al mismo tiempo) el objeto de la furia doctrinal de este Ejecutivo que ha legislado, en estas materias, a golpe de ideología de tasca y, en la mayor de las veces, sin escuchar lo que ellos, con el “No a la guerra”, dieron en llamar “la calle”.
Zapatero ha hecho saltar por los aires el derecho a la vida. De un plumazo. Con una Ley rubricada, además, con pluma real con la sangre de miles de inocentes. Ha volado por los aires el derecho consagrado en la Constitución en su artículo 15. Igualmente, Zapatero y su Gobierno han jugado con España, “concepto discutido y discutible” en palabras del presidente. Han violentado, además, la institución familiar así como el verdadero y único matrimonio, el que desde siempre (y si no ahí está su etimología) ha unido a un hombre con una mujer. En definitiva, incluso se han atrevido a coartar la libertad (de conciencia, por ejemplo) de aquellos que no comulgaban con sus planes lesivos para el bien común de la sociedad española.
Zapatero y sus Gobiernos (éste así como los anteriores) han supuesto una plaga bíblica para este país. O mejor, la suma de todas. Sí. Han atacado el derecho a la vida, la familia, la libertad y a España. Y ahí siguen.
Rajoy ha dicho que hablará (y esperemos que también se comprometa a actuar con cordura) sobre estos cuatro grandes conceptos. No sé porqué me da que el Rajoy poseído hoy por el espíritu del Cid campeador se convertirá por desgracia -cuando llegue al poder y como tantas otras veces- en Sancho Panza.