Estamos ante una situación de derrumbe de valores morales con una legislación orientada a suprimir, más bien rápida que lentamente, toda influencia de la Iglesia en la sociedad. No digo que se busque ni que no, pero el hecho ahí está. Y me estoy refiriendo a hechos como la disolución de la estabilidad matrimonial, la equiparación del matrimonio con la unión entre homosexuales, experimentos con embriones, la eutanasia, el aborto como derecho de la madre, la supresión de símbolos religiosos... No sé si se trata de un programa bien preparado, pero los hechos son éstos y otros más.
Aparte de todo eso, ahora viene una iniciativa para reconocer el derecho de la sexualidad sin reproducción. “Esta iniciativa nace con la vocación de garantizar los derechos sexuales y reproductivos de los ciudadanos", ha dicho la ministra Trinidad Jiménez.
De acuerdo con esta norma, incluso a los estudiantes de medicina se les podrá obligar a practicar abortos o ayudar a hacerlos en los hospitales y clínicas. Yse potenciará en el ámbito escolar "la educación sexual en la infancia y adolescencia", es decir, introduciendo en el currículo escolar el aborto, los anticonceptivos y la “salud sexual” que, como están legalizados, se deben exigir a todos.
Y esto se está legislando en una sociedad en que la mayoría de ciudadanos son y se confiesan católicos. Si realmente lo fuesen de verdad y se decidiesen a dar la cara, ni nos gobernarían quienes nos están gobernando ni se llevarían a cabo las iniciativas que se van introduciendo, sobre todo, si tanto los padres de los alumnos como los médicos y los estudiantes de medicina planteasen con decisión la objeción de conciencia,
¿Recuerdan Uds. por qué han sido tantos los mártires que ha habido a través de la Historia? Por negarse a acatar las órdenes de la autoridad civil que iban en contra de sus creencias. ¿Es que valdrían hoy excusas como que no admitirán a mis hijos en el colegio, o que voy a perder el sueldo en el hospital, o me expulsarán de la facultad o del partido... para no actuar como debiéramos? Si los católicos tanto en política como en la vida social y laboral actuásemos como debemos y lo tuviésemos en cuenta a la hora de las votaciones, no sucedería esto.
Estoy convencido de que si actuásemos con la decisión debida como cristianos que somos deberíamos llegar a la desobediencia de estas leyes. A medida que voy escribiendo, voy recordando los planes del Gobierno y la pasividad de tantos católicos en cuanto a sus reacciones a pesar de lo absurdo de las leyes que van saliendo... ¿Han pensado Uds. lo que es dar por bueno sin reaccionar en contra, por ejemplo, el conceder a las madres el derecho de asesinar al hijo que lleva dentro (facultad que ni el Estado tiene, porque su primer deber es tutelar la vida) y que el Estado dé facilidades para ello y además, que lo subvencione con el dinero de todos?
Estoy lejos de mi querida España, pero ¡cómo siento su pobreza moral cuando me voy enterando de lo que está sucediendo! ¡Cómo me duele la apatía de muchos católicos que no se atreven a dar la cara ni siquiera ante estas gravísimas situaciones!
Yendo a las causas o a las raíces de esta situación, vemos que ha habido una pérdida del sentido de Dios y del pecado, aparte de que se ha descuidado la formación cristiana; de lo contrario, ¿cómo habríamos llegado hasta aquí?
Es necesaria la reeducación en "en las virtudes cristianas" llevadas coordinadamente por la familia, la escuela y la catequesis. De lo contrario, se facilita que el Estado siga imponiendo una formación laicista. Ni la Iglesia ni el Estado son quiénes, para imponer una línea educativa cristiana o laicista. Son los padres quienes deben optar por el tipo de educación que quieren para sus hijos, según reza nuestra Constitución.
Y, yendo a otro tema, tanto los legisladores como los ciudadanos deben respetar el derecho de los Obispos a manifestar su opinión sobre los asuntos que afectan a la moral sociopolítica. ¿Quién les puede impedir que enseñen a los cristianos la doctrina y la moral de la Iglesia y que enjuicien normas, leyes y deberes ayudándo a sus cristianos en la formación de su conciencia cristiana?
Personalmente me reafirmo en decir que un cristiano que quiera ser coherente con su fe no debe ni callar ni apoyar las reformas que anuncia el actual Gobierno español. Los gobernantes cristianos, si quieren ser coherentes con su fe, deben rechazar esas leyes injustas, a pesar de que no les siente bien a sus dirigentes políticos. En la situación en que nos encontramos, los cristianos, políticos y no políticos, si llega el caso, han de exigirse la objeción de conciencia, pase lo que pase. No se puede pensar en un catolicismo a la carta. La fe y la moral de la Iglesia se acatan o se rechazan en bloque", y hay que dar la cara si nos sentimos cristianos, pase lo que pase. Ahí están para ejemplo nuestro, los mártires.
José Gea