En estas mismas páginas tuvimos ya ocasión de comentar uno de los recursos que para la consecución de la apertura de la ley de aborto en Argentina, una de las más restrictivas por lo que al aborto se refiere, y en consecuencia, una de las más favorables a la vida, utilizó el proabortismo internacional. Entro en conocimiento hoy de otro recurso utilizado en el mismo país con idéntico propósito. Consiste el mismo en presentar ante los tribunales del país recursos de habeas corpus así llamados, en los que lo que se demanda al juez es protección ante la legislación por la no contemplación en la misma de lo que constituiría uno más de los derechos humanos fundamentales: el de eliminar la vida humana que se porta en el vientre mediante un aborto. Ni siquiera es ninguna mujer que acabe de realizar un aborto la que presenta el recurso, sino un grupo feminista de nombre Juana Azurduy encabezadas por una diputada nacional Cecilia Merchán. Atroz, sencillamente atroz.
El juez de la ciudad de Buenos Aires Ricardo Pinto, como no podía hacer de otra manera, ha desestimado la reclamación, argumentando que “es viable el procedimiento de habeas corpus cuando se denuncia un acto u omisión de autoridad pública que implique limitación o amenaza actual de la libertad ambulatoria sin orden escrita de autoridad competente o la agravación ilegítima de la forma y condiciones en que se cumple la privación de libertad”, pero que “ninguno de los dos supuestos aludidos concurre a la especie”, que “los jueces sólo pueden declarar la inconstitucionalidad para casos concretos” y que en consecuencia con todo ello “la vía elegida no es la idónea para el tratamiento de la cuestión”.
El procedimiento instado por el grupo feminista Juana Azurduy no es el único del tipo presentado en la Argentina, y en otro procedimiento iniciado en Mar de Plata, un juez menos expeditivo que el anterior ha determinado “remitir copia de la petición formulada al Congreso de la nación con el objeto de aportar elementos al debate y la discusión democrática”.
De lo que lo que se extrae es la imaginatividad y la inagotable creatividad del lobby mundial del aborto que no deja de explorar una sola alternativa de las que se le ponen al alcance. Lo que demuestra que en la sociedad actual de los medios, una lucha que debería ser tan innecesaria como la de la vida, ha de mostrarse, si quiere triunfar, tan perseverante e imaginativa como la que los enemigos de la vida despliegan. Tal vez no estaría de más instar procedimientos de habeas corpus, tan inapropiados como los presentados en Argentina, pero tan eficaces desde el punto de vista mediático, en nombre de los niños víctimas de homicidio por aborto, idea que brindo a los muchos grupos que tanto y tan eficaz trabajo están realizando por la causa de la vida, Derecho a Vivir, Foro de la Familia y tantos otros.