Aunque Balzac “no es autor recomendable” según dice la ENCICLOPEDIA UNIVERSAL ESPASA-CALPE, tiene una frase que me ha gustado y voy a comentar.

Es ésta: “Por envejecer no se deja de reír; pero dejar de reír te hace envejecer”.

El viejo no tiene por qué ser gruñón.

Un viejo sonriente cae bien.

La sonrisa debería estar siempre presente en todo el mundo.

Tanto en viejos como en jóvenes.

Y es que la sonrisa es una de las cosas que más favorecen.

Una sonrisa cuesta poco darla y vale mucho recibirla.

Darla dura poco, pero su recuerdo puede durar mucho.

Como dice el P. José María Alimbau: “Nadie es tan pobre que no la pueda dar, ni tan rico que no la necesite”.

Las cosas no siempre nos salen a nuestro gusto, pero siempre podemos fijarnos en la media botella que nos queda y no en la media botella vacía.

Si somos negativos, todo se ve negro.

Y si somos positivos todo es luminoso.

Siempre podemos encontrar algo bueno en todas las situaciones.

El optimista en lugar de quejarse de que las rosas tengan espinas, se alegra de que las espinas tengan rosas.

Dice Rabindranath Tagore: “No llores en la noche por haber perdido al Sol, porque las lágrimas no te dejarán ver las estrellas”.

El optimista vive más feliz, y comunica felicidad a los que le rodean.

JORGE LORING, S.I.
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