A veces

no sabes por donde viene el viento del Espíritu.

Lo mismo estás en Bolivia, en un atasco tedioso con coches sin aire acondicionado y niños oliendo pegamento por ahí tirados, y te empiezas a comer el tarro sobre un montón de cosas de la vida, la pobreza; tu vida, tu pobreza; La cruz, tu cruz... La alegría y tu tristeza...

Entonces se para a tu lado un coche con un lema escrito y, como ilustración del mismo, un chaval bostezando tan tranquilo. Y piensas: "¡Qué carajo! Dejemos de darle vueltas a las cosas y hagamos nuestro trabajo". ¿Feliz? No sabes si lo eres o no, la verdad. Tu corazón siempre quiere más y tu cabeza te pide respuestas. Pero mientras lo descubres, decides no quedarte mirando, disparas y te traes un regalo para tus amigos. Y eso es bonito de compartir. La vida es hermosa con Dios.

Espero que os guste.