Estimados lectores,

me dispongo a compartir hoy con vosotros la gracia en la que me veo inmersa, y de la que creo estamos todos llamados a beneficiarnos. Es la de la preparación a la fiesta de San Pío de Pietrelcina, el próximo día 23 de septiembre. Para todos aquellos que hemos percibido su presencia tangible en nuestras vidas, su fiesta litúrgica, lógicamente, es un evento especial.

Y estos días de septiembre previos a la celebración de todo lo que hizo Dios Padre a través de él, son de gracia.

Os invito a rezar la novena y experimentar la gracia en primera persona. Si empezáis hoy, terminaréis el 23 de septiembre, día de la fiesta.

El otro día, alguien muy querido me comentaba que el cielo está abierto, desgajándose en gracias. Sólo espera habitáculos (nuestras almas) preparados para acoger esa gracia. Ésta es una buena oportunidad para prepararla con la ayuda de este santo notable que, si bien "no se andaba con chiquitas", no escatimó un ápice de fuerzas para amar con autenticidad a todo aquel que se le acercaba.

Ya me contaréis.

"Jesús y tu alma deben cultivar juntos la viña. A ti te toca el trabajo de quitar y transportar piedras, arrancar espinas... A Jesús, el de sembrar, plantar, cultivar, regar. Pero también en tu trabajo está la acción de Jesús. Sin él no puedes hacer nada." (Padre Pío)

Georgina Trías