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EVANGELIO

No impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el reino de los cielos
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 19, 13-15

En aquel tiempo, le presentaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y orase, pero los discípulos los regañaban.
Jesús dijo:
«Dejadlos, no impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el reino de los cielos».
Les impuso las manos y se marchó de allí.

Palabra del Señor

 

Todo y nada.

En la época de Jesús, los niños no tenían ningún valor, no eran considerados ni siquiera personas, hasta el punto que se les denominaba indistintamente "esclavos" o "niños". De ahí que los discípulos los apartasen para que no molestaban a Jesús.
Pero Jesús en cambio les sorprende diciendo que "de los que son como niños es el reino de los cielos".
Y es que Dios tiene predilección por los que son considerados "nada". San Pablo dirá: «Dios eligió lo que el mundo tiene por necio, para humillar a los sabios; lo débil para humillar a los fuertes; lo vil, lo despreciable, lo que es nada, para anular a los que son algo» (1 Cor 1,27-28).
Así que, "Para venir a serlo todo, no quieras ser algo en nada" (san Juan de la Cruz).

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Carla: Toda la vida esperando ser valorada por ti y resulta que el camino es ser nada.
Juan: Bueno, para mí lo eres todo, aunque a veces no te lo manifieste.
Carla: No te preocupes, cariño, a veces el Señor permite que no me sienta valorada aunque sí lo sea, para que ame en la prueba.
Juan: Pues seguimos intentando no ser nada para que sea el Señor quien nos ponga donde considere.
Carla: Amén.

Madre,

Dios vio Tú humildad, que nos hagamos nosotros también pequeños para que Dios pueda hacer obras grandes en nosotros.