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EVANGELIO

A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 7-9

En aquel tiempo, el tetrarca Herodes se enteró de lo que pasaba y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado de entre los muertos; otros en cambio, que había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.
Herodes se decía:
«A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?».
Y tenía ganas de verlo.

Palabra del Señor.

Desconcertados.

Las cosas de Dios son incomprensibles para los hombres, por eso, nos viene fenomenal no entender muchas veces lo que pasa, porque eso nos confirma que Dios existe y que interviene en nuestras vidas. Por tanto, en esos momentos, reconócele y... ¡Alégrate!

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Juanjo: ¿En qué momentos experimentas más la presencia de Dios en nuestras vidas?
Esther: Normalmente cuando no entiendo mucho lo que pasa. Si hago algo inadecuado y apela a mi conciencia que no me deja tranquila. Si me pone pruebas para fortalecerme en el amor, al principio no entiendo nada, pero si sigo actuando con Amor por fe, luego veo los frutos.
Juanjo: Y luego están los milagros, que haberlos haylos. Cuando algo se resuelve de manera bastante inexplicable.
Esther: La potencia de Dios suele desconcertarnos, como no podía ser de otra manera.

Madre,

¿Quiénes somos para que te acuerdes de nosotros? Alabado seas por tanto Amor.