Una serie de televisión emitida en el Líbano sobre la vida de Jesús que nada tenía que ver con lo que sobre ella dicen los Evangelios, ha producido el escándalo en la comunidad cristiana de ese país, y sus quejas han conseguido que la serie fuera retirada. Algo que a nadie debe extrañar en una sociedad multirreligiosa como es el Líbano, que ha hecho de esa multirreligiosidad y del respeto mutuo entre las comunidades religiosas –al menos sobre el papel, la realidad, como sabemos, es bien diferente- la base de su existencia. De parecida manera a como a nadie habría extrañado la retirada de una hipotética serie de televisión sobre Mahoma, y en este caso, no sólo porque lo dicho en ella no se atuviera estrictamente a la historia del profeta según la entiende el islam, sino también, por la sola representación del mismo en imágenes, algo severamente reprobable en el ámbito islámico.
Esto dicho, no estará de más que conozcamos lo que sobre el tema, es decir, sobre Jesús, y particularmente sobre su final, la parte que más ha escandalizado, dice el Corán, al fin y al cabo, la fuente utilizada para realizar el serial. Pues bien, el Corán dice escuetamente lo siguiente:
“Los judíos a Jesús ni le mataron ni le crucificaron, sino que les pareció así. Los que discrepan acerca de él, dudan. No tienen conocimiento de él, no siguen más que conjeturas. Pero ciertamente, no le mataron” (C. 4, 157).
No se pronuncia pues sobre lo que sucedió o dejó de suceder la aciaga noche de la pasión, sino que lo deja todo en un difuso “ni le mataron ni le crucificaron, sino que les pareció así”. Cosa distinta es que hubiera dicho “no lo mataron, sino que les pareció así”, lo que abriría las puertas a la posibilidad de que Jesús sí hubiera sido crucificado, pero, por haber sobrevivido a la tortura –el historiador judío Flavio Josefo se hace eco de un caso-, no hubiera muerto. Lo que traemos a colación por ser esa, justamente, la tesis a la que se abona una secta islámica moderna, la secta ahmadí, la cual sostiene además que, después sobrevivir al tormento, Jesús habría proseguido su misión sin solución de continuidad, para morir finalmente a la edad de 120 años en Srinagar (Cachemira, India). Los seguidores de esta secta incluso veneran una tumba en dicha ciudad en cuyo interior, sostienen, se hallaría enterrado Jesús.
Una segunda tesis entre las muchas existentes en la literatura musulmana por lo que hace al tema que nos concierne aquí, es la que sostiene, por ejemplo, el persa Manhajus Sadiqueen, tesis a la que, por cierto, parece adherirse la serie televisiva de la que hablamos. Pues bien, para el mencionado autor, no sólo no es Jesús el que muere en la cruz, sino que el que efectivamente lo hace es el apóstol Judas, al cual Dios habría transferido la apariencia de Jesús, para que los que querían prender a éste, acabaran castigando en realidad al traidor.
Como quiera que sea, la polémica sobre lo que realmente ocurre la noche de autos es extracoránica. En otras palabras, aunque sí se ocupen de ello otras fuentes islámicas, el Corán no se pronuncia al respecto.
Como todo lo relativo al final de Jesús está íntimamente relacionado con lo que dentro del seno del propio cristianismo se debatió al respecto, conviene referirse al tema y así me propongo hacerlo, pero no será ya hoy sino mañana. Por lo que mucho me gustaría, si no le parece a Vd. mal, volver a verle por aquí mañana, amigo lector.
Como todo lo relativo al final de Jesús está íntimamente relacionado con lo que dentro del seno del propio cristianismo se debatió al respecto, conviene referirse al tema y así me propongo hacerlo, pero no será ya hoy sino mañana. Por lo que mucho me gustaría, si no le parece a Vd. mal, volver a verle por aquí mañana, amigo lector.
Extraído y adaptado del libro: “Jesús en el Corán” Luis Antequera. Editorial SEPHA, 2006.