El pasado 6 de mayo, los miembros de la división gallega de Students for Liberty, que aglutina a estudiantes con inquietudes como la defensa de la libertad de mercado y la preocupación ante el intervencionismo estatal (libertarios, algunos de ellos, de inclinación paleolibertaria), organizaron un debate que, en cierto modo, era de esperar.
Dentro de los entornos pro-mercado, existen serias polémicas, puesto que parte de los mismos no solo cometen el error de dar por buena la existencia de entes de subversión del orden natural divino, sino que, salvando su mínima comprensión de la economía, son culturalmente favorables al avance de la Revolución, allanando el terreno moral-cultural.
Una prueba de ello es la recalcitrante cristianofobia que no solo se exhibe en partidos frentepopulistas y altamente colectivistas como pudieran ser el PSOE, PODEMOS, Más Madrid, Bildu-ETA, Esquerra Republicana, el Bloque Nacionalista Gallego o las CUP.
Los llamados "progres" o ultraizquierdistas con algo de comprensión sobre las leyes naturales y espontáneas de la economía también hacen gala de un cientifismo de progenie racionalista (nada distante del naturalismo y el racionalismo que se fueron desarrollando con la Ilustración, de cara a la segunda fase de la Revolución, en 1789).
Casos ya conocidos eran los de los politólogos Juan Pina y Gloria Álvarez, quienes dedican gran parte de su actividad a ridiculizar a los rivales de la "progresía", ya se trate de corrientes, partidos políticos o relevantes figuras intelectuales. Todo con tal de defender cuestiones como el multiculturalismo, el totalitarismo de género o lo que San Juan Pablo II denominó "cultura de la muerte".
Pero es que a este se le ha sumado un "peso pesado" del Instituto Juan de Mariana, ubicado en Madrid, quien es el físico Paco Capella, que no solo "salta a la vista" por estar alejado de ciertos postulados político-económicos que son característicos de la Escuela Austriaca (comprensora del orden natural, más allá del asunto praxeológico).
Si bien ya aprovechó un evento del think tank al que pertenece para negar la existencia de Dios, en los últimos meses protagonizó algunas polémicas en Twitter, caracterizadas por ataques a la prelatura fundada por San José María Escrivá de Balaguer (Opus Dei), y ridiculizar a divulgadores conservadores o tradicionalistas que cuestionaban las irregularidades electorales de EE.UU o denunciaban el exterminio eutanásico.
Entre ello y otras cuestiones, surgió interés en plantearle varios debates para confrontar su postura atea, racionalista, "progre" y revolucionaria. Se negó en ocasiones aunque, por suerte, hace poco cambió de parecer, aceptando el debate con un gran referente para algunos católicos contrarrevolucionarios del orbe hispánico.
Hablamos de Daniel Rodríguez Carreiro, politólogo y miembro-fundador del Instituto Xoán de Lugo, discípulo de Miguel Anxo Bastos (principal referente del paleo-libertarismo, tradicionalismo-libertario, a poderse entender como una actualización no rupturista del tradicionalismo carlista del siglo XXI, clarificando, a su vez, posturas económicas).
Este señor ha hecho en ocasiones una buena defensa del orden natural divino y cristiano, desde una perspectiva tomista que a su vez es coherente con el criterio austrolibertario, sin distorsiones que hagan entender que es funcional a la Revolución, cuando es totalmente al contrario (esto sí que se da con el socialismo de derechas o el lutericionalismo).
Eso sí, volvió a demostrar su brillantez argumentativa en este debate, que no solo servirá para la divulgación de corrientes político-económicas concretas, sino para librar la batalla espiritual en ámbitos intelectuales (dicho sea que será el Espíritu Santo quien nos salve, y no ningún ente artificial demoníaco como el llamado Estado moderno).
El recomendado debate se puede previsualizar más arriba, pero dejo un enlace aquí. Dicho esto, mi felicitación al equipo de SFL Galicia por organizar este evento y mi agradecimiento con aplausos al profesor Carreiro por contribuir a la batalla intelectual y espiritual contra un relativismo ateo que allana el camino al totalitarismo estatal (antítesis de Dios).