El sacerdote nicaragüense Denis Martínez, de la Diócesis de Matagalpa, en el norte de Nicaragua, fue detenido este domingo por el régimen de Daniel Ortega tras su represión desatada contra los católicos.
"Otro cura de la Diócesis de Matagalpa ha sido secuestrado por la Policía Nacional mientras se dirigía a celebrar la Santa Misa", dijo en sus redes Molina, autora del estudio ‘Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?’ y que da seguimiento a esos casos. "Se trata del sacerdote Denis Martínez. Oremos para que se respete su integridad física y psicológica", indicó la abogada, exiliada en Estados Unidos.
El padre Denis, precisamente, colaboró hace poco tiempo en una parroquia del centro de Madrid, donde acompañó a las comunidades del Camino Neocatecumenal. Allí todavía le recuerdan y los hermanos rezan para que pronto sea liberado.
Cacería contra la diócesis de Álvarez
En la víspera también fue detenido el sacerdote nicaragüense Leonel Balmaceda, de la Diócesis de Estelí, en el norte de Nicaragua. Además, las autoridades detuvieron a la laica Carmen Sáenz, colaboradora de la Curia Episcopal de la Diócesis de Matagalpa. De momento, el régimen no ha dado ninguna explicación a estas detenciones.
Según Molina, "la dictadura sandinista pretende exterminar la presencia de la Iglesia católica en la Diócesis de Matagalpa". La Diócesis de Matagalpa está pastoreada desde el exilio por el obispo Rolando Álvarez, excarcelado y enviado a Roma en enero pasado. Álvarez también es el administrador apostólico de la Diócesis de Estelí.
El jueves pasado, el Gobierno de Nicaragua informó de que había enviado al Vaticano a un grupo de sacerdotes nicaragüenses que se encontraban detenidos y bajo vigilancia policial en el seminario de Managua. Los sacerdotes nicaragüenses enviados al Vaticano el miércoles pasado son Edgar Sacasa, Ulises Vega, Marlon Velázquez, Víctor Godoy, Harvin Torres, Jairo Pravia y Silvio Romero, todos de la Diócesis de Matagalpa.
Al parecer, el Gobierno de Ortega está presionando al Vaticano para nombrar un nuevo obispo en la Diócesis de Matagalpa y en la Diócesis de Estelí. El régimen sandinista acordó en enero pasado con la Santa Sede el envío al Vaticano de Álvarez y del obispo Isidoro Mora, junto a 15 sacerdotes y dos seminaristas nicaragüenses, a los que tenía privados de libertad.
El 9 de febrero de 2023, las autoridades excarcelaron a ocho sacerdotes y los enviaron a Estados Unidos, como parte de 222 excarcelados políticos nicaragüenses. En esa ocasión el obispo Álvarez se negó a subirse al avión, fue enviado a una prisión de máxima seguridad, y condenado a 26 años y cuatro meses de prisión por delitos de traición a la patria.
La condena fue dictada un día después de que rechazase subirse al avión que lo iba a llevar a Estados Unidos, lo que provocó la indignación del presidente Ortega, que lo calificó de "soberbio", "desquiciado" y "energúmeno". Las relaciones de Ortega y la Iglesia viven momentos de gran tensión, caracterizadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas, y la suspensión de sus relaciones diplomáticas.