Chile lleva semanas sumido en el caos más absoluto mientras las calles siguen ardiendo y varias iglesias han sido ya quemadas y saqueadas en unos disturbios que mantienen paralizado el país, y cuyas imágenes están dando la vuelta al mundo

Ante esta situación de extrema gravedad, los obispos de Chile han emitido un comunicado titulado ¡Chile no puede esperar! Dirigido tanto a los líderes políticos y sociales como a todos los “hombres y mujeres de buena voluntad”, los prelados chilenos afirman que “en esta hora compleja de nuestra historia, como hijos de Dios en esta tierra, como ciudadanos y pastores, humildemente apelamos a la generosidad de todos para anteponer a cualquier ambición personal o grupal el bien común de la patria, la que nos debiera congregar como una sola familia”.

Por ello, los obispos imploran: “¡Por amor a nuestra patria terminemos con la violencia!”. Y señalan que “ante las denuncias por violaciones a los derechos humanos, personas fallecidas, heridas, vandalismo, saqueos, destrucción de infraestructura pública y privada, pedimos con fuerza e insistencia que cese todo tipo de violencia, venga de donde venga”.

Urgente diálogo nacional

Los obispos coinciden en que “el respeto y el diálogo son hoy una urgencia” y consideran imprescindible “un diálogo nacional sin exclusiones, amplio, participativo y diverso, que no sólo integre a los actores políticos, sino también a todos los hombres y mujeres de buena voluntad; que involucre a los movimientos y organizaciones sociales y laborales, siguiendo el legítimo cauce institucional”.

“¡Chile no puede esperar! Todos tenemos que hacer nuestros mejores esfuerzos para derribar los muros que nos separan y tender los puentes que nos permitan encontrarnos y construir un pacto social que nos conduzca a un futuro con más justicia, con paz y dignidad, donde nadie se sienta excluido del desarrollo humano integral”, agregan en el comunicado los obispos chilenos.

Puede leer aquí el comunicado íntegro de la Conferencia Episcopal de Chile.