Dos sacerdotes jesuitas de México, Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, han sido asesinados este lunes 20 de junio en el templo de la comunidad de Cerocahui, Chihuahua.
Lo anunció la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús horas después de que el Padre Luis Gerardo Moro Madrid, Prepósito Provincial de la Compañía de Jesús en México, comunicase que fueron atacados tras "intentar defender a un hombre que buscaba refugio en el templo y que era perseguido por una persona armada".
La periodista Elena Reina ha relatado lo sucedido en El País : "Un hombre entró corriendo a la iglesia este lunes con el sol todavía en lo alto. Lo venían siguiendo unos tipos que querían asesinarlo. Los sacerdotes Campos y Mora corrieron al escuchar los balazos. Uno de ellos fue a auxiliar al que acababan de asesinar y un sicario no dudó en asestarle también a él unos balazos que acabaron con su vida. Otro cura trató de acercarse al criminal. Sin ninguna piedad, fue también acribillado". Según lo expuesto, el autor de los hechos estaría vinculado con el narcotráfico.
"Condenamos estos hechos violentos, exigimos justicia y la recuperación de los cuerpos de nuestros hermanos que fueron sustraídos del templo por personas armadas", expresaron los jesuitas de México.
Asimismo, demandaron que "de forma inmediata se adopten todas las medidas de protección" para proteger a todos los religiosos jesuitas, así como a religiosas, laicos y toda la comunidad de Cerocahui.
En un clima de profunda y diaria violencia, denunciaron que estos episodios "no son aislados": "La sierra tarahumara, como muchas otras regiones del país, enfrenta condiciones de violencia y olvido que no han sido revertidas. Todos los días hombres y mujeres son privados arbitrariamente de la vida, como hoy fueron asesinados nuestros hermanos".
Arturo Sosa, superior general de la Compañía de Jesús, expresó sus condolencias y conmoción ante la noticia: "Mis pensamientos y oraciones están con los jesuitas en México y sus familias. Tenemos que detener la violencia en nuestro mundo y tanto sufrimiento innecesario".
En este sentido, los jesuitas de México prometieron seguir denunciando los episodios de violencia "que laceran a toda la sociedad" y aseguraron que seguirán trabajando "por la misión de justicia, reconciliación y paz" a través de su orden.
"Al denunciar lo ocurrido hacemos notar también el dolor que vive nuestro pueblo por la violencia imperante y nos solidarizamos con tantas personas que padecen esta misma situación, sin que su sufrimiento suscite empatía y atención pública", añade el documento.
Los religiosos de la Compañía de Jesús concluyeron su mensaje confiando en que los testimonios de vida cristiana de los asesinados "sigan inspirando a hombres y mujeres a entregarse en el servicio a los más desprotegidos".