"Hace 46 años arriesgué la vida para sacar de la cárcel a Daniel Ortega y a otros compañeros presos políticos", ha declarado en un vídeo muy difundido el histórico sandinista Hugo Torres, general de brigada retirado y antiguo jefe de inteligencia militar. Ahora, Daniel Ortega, que desde hace 14 años es presidente de Nicaragua, lo envía a prisión 90 días acusado de "incitar a la injerencia extranjera en los asuntos internos".
Ortega ha ordenado encarcelar 3 meses bajo la misma acusación a otros dos líderes sandinistas que durante años fueron sus compañeros y colaboradores: el exvicecanciller Víctor Hugo Tinoco y la disidente sandinista Suyen Barahona. La Policía de Nicaragua, que dirige Francisco Díaz, consuegro del mandatario, detuvo el domingo pasado a esos tres disidentes.
Antes hizo detener a la también exguerrillera Dora María Téllez, quien junto a Torres y otros participó el 22 de agosto de 1978 en el comando sandinista que tomó por asalto el Palacio Nacional e hizo rehenes a los legisladores afines al dictador Anastasio Somoza Debayle, derrocado hace casi 42 años.
El mensaje es claro: hasta los más veteranos compañeros de filas serán encarcelados si se oponen a Ortega. Y más en estos meses previos a las elecciones previstas para otoño.
El pasado 10 de junio los obispos de Nicaragua divulgaron una carta de 5 páginas declarando: “Preferimos y queremos un sistema democrático para Nicaragua”. Los obispos piden una “división de poderes del Estado” porque “es el principio del estado de derecho … el principio en el que la legislación es soberana y no la voluntad arbitraria de los hombres”.
Contra restricciones arbitrarias e ilegales
Los obispos piden también "evitar la institucionalización en nuestra patria de las restricciones arbitrarias e ilegales de las libertades ciudadanas y la persecución de la oposición y los medios de comunicación”.
“Es necesario construir una Nicaragua basada en la paz, la justicia y el respeto a los derechos humanos, rechazando todo lo contrario a estos principios y trabajando juntos, conscientes de los pilares de la paz, la justicia y el perdón”, exhortan los prelados nicaragüenses.
En su texto, los obispos nicaragüenses piden, en primer lugar, que las consultas sean "libres y creíbles". A continuación, piden a los elegidos "la responsabilidad de sus actos", como "elemento constitutivo de la representación democrática". "Todos debemos exigir el respeto al voto del pueblo", añade el texto.
A los votantes los obispos les piden "elegir, en conciencia, representantes que respeten la dignidad de la persona, los derechos humanos, la libertad, la vida desde la concepción hasta la muerte natural, y la familia natural y tradicional, tal como Dios la creó". "Estos principios son indispensables, ineludibles e incuestionables para nosotros", subrayan los obispos.
"Todos", continúa el mensaje, "tenemos el derecho y la obligación de emprender una lucha civil y pacífica, en cualquier circunstancia", y cada uno debe "asumir su parte de responsabilidad, sin egoísmos".
Cada jueves, orar por la paz
Los obispos convocaron además a orar por la paz cada jueves del mes de junio en todas las parroquias del país. Además, exhortan a orar cada día el rosario desde el 12 de junio, fiesta del Corazón Inmaculado de María, hasta el domingo 15 de agosto, solemnidad de la Asunción, por el fin de la pandemia del coronavirus.
Después de divulgarse esta carta, la policía arrestó al menos a cinco críticos de alto perfil del presidente Daniel Ortega. Usan para ello unas nuevas leyes que pretenden castigar la información que el gobierno considere falsa y que use fondos extranjeros.
Reuters informó que al menos 12 figuras prominentes de la oposición, incluidos cuatro candidatos presidenciales declarados, han sido arrestados antes de las elecciones de noviembre, cuando Ortega buscará otro mandato para extender sus 14 años en el cargo.
La esposa-vicepresidenta llama golpistas a los obispos
La vicepresidenta Rosario Murillo, esposa de Ortega y portavoz del gobierno, acusó a los obispos de “seguir instalando el odio en Nicaragua”. Anteriormente los acusó de ser “terroristas” y “golpistas”, que es como llama el régimen de Ortega a cualquier opositor o cualquiera que llame la atención sobre los abusos del régimen.
Carlos Avilés, portavoz de la Arquidiócesis de Managua, denunció la falta de credibilidad de los comicios convocados. “Estas no son elecciones. Es una forma de legitimar un período de dictadura creciente”. “No van a dejar el poder bajo ninguna circunstancia”, dijo sobre Ortega y Murillo.
Desde Miami, donde está exiliado por su seguridad, el obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez, en una homilía del 13 de junio proclamó: “En momentos históricos en los que parece que triunfa la injusticia, cuando percibimos el poder de los malvados como invencible y nuestros esfuerzos son infructuosos, no debemos desanimarnos”. Y añadió: “Nada puede detener las acciones de Dios en la historia”.