Un enviado del Arzobispado de Santiago de Chile llegó a Tacna, ciudad del sur de Perú en la frontera con Chile, para acompañar y ver cómo pueden ayudar a los cerca de mil venezolanos que no pueden ingresar a su territorio por no contar con un visado turístico.
El Arzobispado de Santiago informó el 26 de julio que el padre Lauro Bocchi, vicepresidente del Instituto de Católico de Migración (INCAMI), ya se encuentra en Tacna “para conocer en persona la situación” y buscar soluciones mientras los ciudadanos venezolanos esperan a ser atendidos en la sede diplomática para optar a una visa.
“Esta realidad moralmente nos involucra a todos. Los que están aquí tienen la esperanza de poder pasar a Chile y especialmente llegar a la capital, por lo tanto, es fundamental que como Iglesia de Santiago los acompañemos y estemos atentos a esta nueva realidad que el país vive”, dijo el P. Bocchi.
El padre Lauro Bocchi llega a Tacna como enviado de la diócesis de Santiago de Chile, pero la diócesis de Tacna ya acoge a cientos de venezolanos en dos iglesias y ha buscado alojamientos a muchos más
“Desde el 22 de junio cuando se implementó esta nueva visa, la emergencia fue creciendo y hoy tenemos aquí a más de mil personas que están buscando un sueño. No podemos dejar de ayudarlas, en este momento están necesitando de nuestra presencia y ayuda concreta”, aseguró el P. Bocchi.
Además, se refirió a la situación de incertidumbre que viven los ciudadanos venezolanos debido a la poca información que se les da por parte de las autoridades chilenas.
“Cada día parece que los criterios cambian, cada día hay una información distinta y eso causa un malestar, un problema. Además de todo lo que están pasando, vivir en carpas, con el clima, no saben lo que va a pasar futuramente, no tienen información, no hay un criterio que realmente regularice y que oriente a estas personas. Lo que más queremos es que tengan dignidad, tengan la posibilidad de sobrevivir y de realizar a mediano y a largo plazo sus sueños”, concluyó el sacerdote.
El Arzobispado de Santiago indica que los migrantes que no están durmiendo en las afueras del consulado, han conseguido hospedaje gracias al trabajo coordinado de distintas instituciones de Iglesia que han puesto a disposición albergues y comedores solidarios.
“Incluso, dos iglesias que dependen del obispado de Tacna, han abierto sus puertas para acoger cada noche a más de 300 personas”, precisa la Iglesia de Chile.