Diversas comisiones argentinas -principalmente la Comisión Episcopal de Catequesis, Animación y Pastoral Bíblica, la Comisión Episcopal de Educación y la Federación de Asociaciones Educativas Religiosas de la Argentina (FAERA)- ha hecho públicos los resultados de una encuesta realizada en 2023 sobre algo más de 9.000 alumnos del último año de la escuela secundaria, con 17-18 años (Se puede acceder al documento íntegro en la web de la Universidad Católica Argentina).
La encuesta, realizada con motivo de la renovación de los “Lineamientos curriculares para la catequesis en la escuela” publicados 1997, ofrece interesantes datos respecto a la vivencia de la fe en un país que, al menos en lo nominal, consta de entre un 60 y un 65% de católicos. Los estudios calculan que un 21% de los católicos argentinos acuden a misa una vez por semana o más.
Los adolescentes argentinos parecen respaldar la media global del país: según la encuesta, el 57,5% de los encuestados se define católico, seguido de un 19,2% sin ninguna creencia religiosa y un 11,4% que se define agnóstico o ateo.
El 50% cree mucho en Dios... pero no gracias a los colegios católicos
Casi la mitad de los estudiantes creen “bastante” y “mucho” en Dios, Jesús o la Virgen María. En cuanto a la importancia que estos tienen en su día a día, los indicadores “poco” y “nada” tienen una gran relevancia.
Especialmente relevante son las respuestas a las preguntas de en qué medida el colegio católico ayudó al alumno a tener más fe y cómo ayudó la catequesis a crecer en la fe a los alumnos. A la primera pregunta, el 60% de los alumnos respondió "poco o nada", porcentaje prácticamente similar en la segunda pregunta. Más del 70% que la catequesis o clase de religión fue buena o muy buena, pero solo un 32% cree que su catequista o profesor de religión le ayudaron a crecer en su fe.
La mayoría va a misa en el colegio, pero fuera es residual
También es significativa la disociación entre la práctica religiosa en el colegio y en el hogar: mientras que más del 67% asegura ir a misa en el colegio, solo el 18% lo hace fuera. En cuanto a la confesión, solo el 16,7% de los encuestados afirmó haberla recibido a lo largo del último año.
En otras formas de práctica religiosa, la que más se desarrolla es la oración personal, lo que hacen casi el 90% de los encuestados. La lectura de la Biblia pocas veces: el último año con casi un 30%.
Solo el 9% de los adolescentes escolares consideran que la escuela católica les ha ayudado a tener más fe en Dios.
La encuesta del CEIL Conicet destaca: Como en la tendencia del país en general, las prácticas que concretamente se llevan a cabo son las más vinculadas con el espacio personal, por fuera del ámbito eclesial y de las iglesias: rezar en casa 78,3%, leer la Biblia 46,8%, lectura de libros o folletos religiosos 43,9%, escuchar o ver programas religiosos en radio o televisión 36%. En cuanto a las prácticas religiosas en familia, destacan tener símbolos religiosos (54%) y celebrar las fiestas (45%). Tanto en la oración (15%) como en la lectura de la Biblia (4%) prevalece la práctica privada por sobre la familiar.
La vida del no nacido, "muy importante"
Respecto al matrimonio, el 38% de los encuestados afirmó considerarlo como algo "muy importante". Un porcentaje algo inferior al casi 50% de los argentinos que así lo consideran en el "Atlas de creencias religiosas", si bien la edad y etapa vital de los escolares influye en la consideración: posteriormente, el 80% de los encuestados afirmaron haber considerado formar una familia o casarse en el futuro.
Preguntados por si el valor de la vida desde la concepción hasta su fin natural es importante, más de la mitad reconocieron que se trata de algo "muy o bastante importante".
No creen que la Iglesia los escucharía
Sin embargo, los escolares argentinos no confían en ser escuchados en la Iglesia.
Preguntados por la posibilidad de pedirle al Papa Francisco o a alguna autoridad de la Iglesia que se llevase a cabo un cambio en la Iglesia, la enorme mayoría respondió que no pediría "nada", resultado que los encuestadores observan como "radicalmente distinto" a las encuestas desarrolladas entre 2013 y 2015.
En este sentido, el 49% de los encuestados respondieron que, en caso de que pidieran algo, no creen que serían escuchados.