A finales de junio, dos semanas antes de las manifestaciones de protesta en Cuba, la agencia France Press publicó una crónica sobre el trabajo cotidiano de cuatro sacerdotes franceses, de la Comunidad de San Martín, en Placetas, ciudad del centro de la isla. Se da la circunstancia de que es la población natal del presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, pero eso no ha ayudado mucho a los paisanos.
El reportaje, firmado por Katell Abiven, va más allá de la experiencia local de estos sacerdotes y ofrece muchos datos interesantes sobre la Iglesia en la isla.
"Cuba, con 11,2 millones de habitantes, tiene sólo 300 sacerdotes -la mitad de ellos extranjeros-, una cifra 10 veces menor que la de Francia en proporción al número de bautizados. Según estimaciones, el 60% de los cubanos están bautizados, pero sólo el 2% va a la iglesia", explica el reportaje.
"A través de su acción social, la Iglesia se está acercando a los cubanos. En 2020, Cáritas contó con 40.000 beneficiarios, frente a 33.000 en 2014. Es una forma de compensar la falta de servicios públicos del Estado, que al mismo tiempo dice querer poner fin a esa política de asistencia. Las 600 sucursales de Cáritas constatan el “cansancio y la angustia (de los cubanos) ante tanta incertidumbre en relación con la pandemia, que se alarga, y la crisis que se agudiza”, señala Maritza Sánchez, directora de Cáritas Cuba".
Comunidad San Martín, 15 años ya en Placetas
En Placetas, que tiene 40.000 habitantes, los sacerdotes de la Comunidad de San Martín llevan 15 años y apoyan el trabajo de la Iglesia en 3 guarderías, 5 comedores sociales, un centro de apoyo escolar, un internado y una residencia de ancianos.
La Comunidad de San Martín es una de las pujantes nuevas comunidades francesas de clérigos, fundada en 1976. Cuenta con unos 170 sacerdotes y casi 90 seminaristas. Sirven casi todos en Francia, algunos en Italia y Placetas es su única misión extranjera.
De tradiciones benedictinas y sulpicianas, sus sacerdotes siempre llevan hábito, fomentan el rezo de las horas y aprecian mucho el canto gregoriano. En la Cuba comunista, sus hábitos no dejan de llamar la atención, vayan en motocicleta o en coche de caballos.
Un sacerdote de la Comunidad de San Martín en una de las capillas de la misión en Placetas
"Ubicada en una de las plazas de la ciudad, la iglesia de paredes color beige y cuya campana tañe cada hora, se ha convertido en un céntrico y animado espacio en el que los habitantes se reúnen cada semana para hablar sobre cualquier tema con total libertad. Los jueves, los curas y los jóvenes del pueblo juegan al fútbol. En ese mismo bloque funcionan un comedor de beneficencia dos veces por semana, una biblioteca con acceso libre y una pequeña farmacia que se abastece con donaciones y los medicamentos que los curas traen desde Francia. En la isla, estos servicios son generalmente monopolio del Estado", detalla el reportaje.
La gente duerme ante la farmacia, esperando medicamentos
Según esta agencia, cada miércoles un camión reabastece la farmacia del pueblo con escasos medicamentos. Algunos habitantes pernoctan frente a ella para poder comprarlos antes de que se acaben.
Tras la revolución cubana, el régimen comunista confiscó en 1961 las escuelas, dispensarios y obras sociales de la Iglesia. “Cuando triunfó la revolución yo tenía ocho años”, recuerda José Ignacio García, de 70 años, que además de ser el director de Cáritas en Placetas es diácono permanente. En esa época fueron expulsados unos 130 sacerdotes. Pero con los años, poco a poco, y sobre todo desde los años 90, se ha permitido la llegada de sacerdotes y religiosas del extranjero.
El obispo de la zona, la diócesis de Santa Clara, es Arturo González, que especifica a France Press que en la Iglesia, con sus servicios, “no estamos creando una estructura paralela” al Estado, sino “apoyando”.
Haga clic aquí para ver el fotorreportaje de France Press en Placetas, Cuba
Pequeño vídeo de 2012 sobre la misión en Cuba de los sacerdotes de la Comunidad de San Martín