Los obispos de Nicaragua han anunciado el miércoles 23 de mayo, a través de un comunicado, la suspensión del diálogo nacional en el que la Iglesia actúa como mediadora, ya que los grupos participantes no han podido llegar a un acuerdo, y en su lugar proponen la formación de una comisión mixta para lograr finalmente el tan anhelado consenso.
“Lamentamos vernos obligados (debido a la falta de consenso) a suspender, por ahora, esta mesa plenaria del diálogo nacional”, afirmaba a medios locales el presidente de la Conferencia Episcopal nicaragüense, el cardenal Leopoldo Brenes, solicitando asimismo la formación de una comisión mixta integrada por seis personas, tres por cada parte, “con el objetivo de que se alcance un acuerdo para superar este impase”.
Según informa el comunicado de los prelados, que recoge Vatican News, los miembros de la mesa de diálogo, que pretende superar la crisis nacional en la que de momento han muerto 76 personas; “no han alcanzado una acuerdo sobre la propuesta del Gobierno de quitar las barricadas, así como la petición de los universitarios, la sociedad civil y empresarios, de adelantar las elecciones”.
Por ello, la Iglesia de esta nación ha sugerido crear una comisión que desbloquee la situación para que de esta manera, se puedan reactivar las conversaciones.
«Cuando hayan logrado este consenso, les rogamos nos lo comuniquen para poder reiniciar el diálogo y nuestro servicio de mediación», afriman los obispos en su documento, recordando que «la paz de nuestra patria y la vida de muchos nicaragüenses depende en gran parte de la continuación del diálogo».
Las protestas comenzaron el pasado mes de abril a raíz de una reforma de la seguridad social realizada por el presidente Ortega que aumentaba las retenciones a trabajadores y empresarios; y ponía a cotizar a los jubilados, pero han ido creciendo rápidamente hasta desencadenar enfrentamientos violentos que se han cobrado la vida de decenas de ciudadanos que reclamaban la «democratización» del país.
Por último, el comunicado concluye haciendo un llamamiento a todos los medios de comunicación y redes sociales a "favorecer la veracidad y alentar un ambiente de respeto que abone para los avances del Diálogo, evitando los ataques, descalificaciones y las amenazas en perjuicio de la dignidad, reputación e integridad física y moral de los participantes en la mesa del diálogo".