En la marcha se dio a conocer el “Manifiesto por la Vida, la Familia y los Valores del Perú”. Asimismo, el lunes 7 de abril se entregará a los poderes del Estado 10 medidas imprescindibles para fortalecer a la familia.
En el evento participaron católicos y cristianos de diversas denominaciones. Asimismo, se podía observar la asistencia de jóvenes, madres embarazadas, familias con niños y bebés, ancianos y personas con discapacidad que cantaban y hacían barras.
Al dirigirse a los cientos de miles de asistentes frente al estrado principal, el Arzobispo de Lima y Primado del Perú, cardenal Juan Luis Cipriani, afirmó que "cuando queremos marchar por la vida no tenemos que pedir permiso a nadie. Tienen que darse cuenta nuestras autoridades que son nuestros servidores. Saludo a los congresistas que nos acompañan".
Tal y como recoge Aciprensa, Cipriani dijo que "al Estado le decimos: protege a la vida, apoya a la familia, destierra el aborto".
También pidió que "seamos un pueblo creyente visible, como ahora, y cuando es necesario: tomamos las calles. Y las tomamos en nombre de todos los que nos antecedieron. Para que este pueblo entregue la vida, la familia a la siguiente generación".
Tras las palabras del cardenal la organización rindió un homenaje al pequeño Alfie Evans con un minuto de silencio.
También en Colombia se celebró este sábado la Marcha por la Vida, en las que cerca de 400.000 colombianos participaron en alguna de las convocadas en 53 ciudades del país.
La plataforma “Unidos por la Vida Colombia”, organizadora del evento, sostuvo en su Declaración Final que uno de los objetivos principales de haber marchado es la anulación de las sentencias de la Corte Constitucional que violan el derecho a la vida.
Entre estas se encuentra la Sentencia C-355 de 2006, T-627 y la circular externa 003 de la superintendencia de salud que despenaliza y reglamente el aborto provocado. “El derecho a la vida es el primer derecho que todo ser humano tiene. No puede ser manipulado, ni limitado, solo puede ser reconocido y protegido por el Estado y la sociedad. Violar este derecho, o desconocerlo aún con sentencias dadas por las Cortes, es el delito más grave: no prescribe ni es indultable”, precisa el comunicado final de Unidos por la Vida.