Son elecciones legislativas, para renovar el Congreso de la República compuesto por 108 senadores y 172 parlamentarios. Habrá además elecciones presidenciales el 27 de mayo.
El Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha anunciado que respetará el cese del fuego unilateral a causa de las votaciones y que está en vigor del 9 al 13 de marzo: se trata del principal grupo de guerrilla aún activo en el país, tras el acuerdo de paz firmado entre las FARC y el Gobierno de Bogotá en noviembre de 2016.
“Es un momento crucial”, dice Elkin Fernando Álvarez Botero, obispo auxiliar de Medellín y secretario de la Conferencia Episcopal. Un documento de los obispos exhorta: “La Iglesia invita a todos a participar realmente en este proceso electoral, con un voto que debe ser libre y también debe reflejar un conocimiento de los candidatos y de las necesidades de Colombia”.
En su mensaje “Si queremos la paz, defendamos la vida”, expresan su firme condena por la intención expresada por el Ministerio de Salud, de querer legalizar la eutanasia (es decir, el matar a los enfermos) para niños y adolescentes.
“Hemos reafirmado que la vida es el fundamento de todo bien, mientras la eutanasia es un homicidio: lo es tanto para los adultos como para los niños, en cuyo caso es más grave aún”, denuncia Álvarez Botero,
“Tenemos principios o propuestas que nos conducen a la muerte y no a la vida. De ahí que tocar estos fundamentos de la sociedad, con semejantes reglas, con tales sentencias, representa un camino de muerte y nosotros pensamos que la sociedad no esté bastante fortalecida para defender la vida, creando en cambio, condiciones que favorezcan la existencia de todas las personas”, añadió.
En estos meses los obispos están empeñados en la asistencia a los migrantes que se agolpan en la frontera con Venezuela y siguen con “atención” incluso la última alarma lanzada por la ONU que, en Ginebra, ha denunciado un creciente número de activistas y defensores de los derechos humanos asesinados en Colombia.
“En las zonas que una vez estaban controladas por la guerrilla de las FARC, los líderes sociales tratan de ir adelante con sus comunidades”, pero que choca con una nueva “inestabilidad social”, el Obispo Auxiliar de Medellín aclara: “Pueden existir grupos de disidentes de las FARC e incluso otra guerrilla, el ELN, o grupos de violencia común, que no quieren la paz y tratan de crear violencia”.