Uruguay es uno de los países más laicistas y secularizados del mundo, lo que ha provocado que tan sólo el 40% de sus ciudadanos se defina como católico. En este país donde los festivos religiosos se han eliminado y donde se pretende que la Iglesia se someta al poder político la nueva evangelización es una necesidad de supervivencia.
Así lo ha interpretado el cardenal Daniel Sturla, arzobispo de Montevideo, que se ha convertido en una de las grandes figuras de la Iglesia en Iberoamérica. Para ello, ha organizado de cara a este tiempo Pascual la "misión casa de todos".
Durante el tiempo pascual miles de católicos saldrán a las calles e incluso irán de puerta en puerta anunciando el Evangelio. En las plazas, siguiendo un programa similar al que desde hace años también hace en Pascua el Camino Neocatecumenal, habrá testimonios de personas que han experimentado la acción de Dios así como la predicación de la Palabra. En una entrevista en El Observador, el cardenal Sturla explica en qué consiste esta misión:
- ¿Qué es la misión Casa de Todos?
- Entra en un programa misionero que hemos llamado Jacinto Vera, que arrancamos el año pasado preparando a la gente y que ahora la misión va a ser tres semanas donde la Iglesia en Montevideo salga afuera, digamos así, y trate de convocar a todos los que quieran, pero de modo particular tratar de llegar a los cristianos que se han alejado de la práctica de la fe cristiana.
-¿Cómo surge? ¿Por qué la Iglesia arma una misión de este tipo?
Porque la Iglesia de por sí es misionera y nosotros muchas veces declamamos que somos misioneros pero después a la hora de concretarlo no nos resulta tan fácil. Hay grupos juveniles que hacen siempre misiones de verano, pero el tema sería que toda la arquidiócesis se pusiera en una dinámica de misión con pasos concretos. Porque si no, se habla de la misión pero después no la concretizamos.
-También está relacionado a una encuesta que Equipos Consultores hizo sobre el tema de la religiosidad en Uruguay que demuestra, entre otras cosas, que el número de practicantes es muchísimo menor al número de simpatizantes de la Iglesia Católica. ¿No es así?
- Exacto. En esa misma encuesta se decía que en Montevideo había más o menos 500 mil que se decían católicos, de esos 500 mil hay 150 mil que dicen que la religión es muy importante en sus vidas. Sin embargo a misa van 40 mil. Entonces, bueno, tratemos de acercar a aquellos que consideran que la religión es muy importante, son católicos, pero por diferentes motivos no están participando de la vida de la Iglesia, la misa dominical, los grupos de la parroquia.
- ¿A qué cree que se debe que ese número se reduzca de esa manera entre los simpatizantes y los practicantes?
- Los motivos son muy variados. Uno es, llega el momento de los hijos en las parejas jóvenes y muchas veces en ese momento baja la participación, la ida a la iglesia. Otro es, he tenido algún problema por el cual quedé decepcionado de tal cura, de tal iglesia. Pero hay otros motivos. El ambiente de afuera contribuye a decir: “¿no vas a la misa? Lo bien que haces”. Es muy interesante que para la gente que ha tenido experiencia de iglesia, hay una nostalgia de lo vivido. Y los casos estos de abuso de menores tienen mucha más repercusión en la gente de fuera que en la de dentro. Los que han vivido la experiencia de la Iglesia, tienen, la inmensa mayoría, una experiencia positiva. Pero después se van alejando. En cambio la gente de fuera, con la que conviven en el trabajo, estudio, etcétera, alimenta y consolida esa opción por alejarse”.
- ¿Cómo piensan hacer para atraer a este público alejado de la iglesia?
- Lo primero que hicimos es rezar. Porque bueno, si uno considera que es Dios el que actúa en los corazones, lo primero es pedírselo. Después lo que queremos plantear es una salida visible y una invitación a participar de unos encuentros que se llaman Casa de Todos, para que en cada parroquia donde se hagan, gente de afuera pueda sentirse invitada a participar de un encuentro donde escuche la Palabra de Dios, donde haya una actividad artística y donde se la vuelva a invitar a participar de la vida de la iglesia. Después siguen unas catequesis y bueno, después, la libertad de cada uno para poder optar por reintegrarse o no, obviamente.
- ¿Quiénes participan en esta misión concretamente?
- Gente de todas las edades de las distintas parroquias de Montevideo. Pensamos que van a hacer entre unos 1.500 y 2.000 que salen, pero después todos los otros están invitados a rezar por alguien en especial e invitar a alguien en especial.
- ¿Cómo se dan estas salidas misioneras?
- La realidad de Montevideo es muy variada. Por un lado, en algunos barrios vamos a visitar casa por casa a las familias. Por otro lado, en otros lugares, en algunos cruces de camino, en algún semáforo o en un shopping, vamos a estar allí y repartiremos unos folletitos y será el inicio del diálogo. Los que van a salir los vamos a identificar con un chaleco.
- Y en estas salidas invitarán a los encuentros.
- Sí, son varios encuentros en distintas parroquias. Creo que son unos cuarenta encuentros distintos en diferentes barrios de Montevideo que se harán el 9, 10 y 11. Las salidas misioneras son por tres semanas y especialmente los fines de semana del 27 y el 28 de abril y el 4 y 5 de mayo. En esas salidas se va a invitar a los encuentros pero también está el face to face, el mano a mano.
- ¿Cómo van a ser esos Encuentros Casa de Todos?
- El Encuentro va a tener una parte artística, una banda musical, va a haber una lectura bíblica, va a haber una predicación y va a haber testimonios de vida, es decir, gente a las que el encuentro con Cristo les ha cambiado la vida y que quiere testimoniar qué importante es la fe en sus vidas.
- ¿Y qué pasa después de esos encuentros?
- La idea es invitar a los que se han acercado a participar de cuatro o cinco catequesis que pueden ser en las mismas casas de familia o en las parroquias. Y la idea después de esas catequesis, que tratan de renovar elementos clave de la fe cristiana, es invitarlos a integrarse a la comunidad parroquial. La Iglesia Católica en estos últimos años ha redoblado sus esfuerzos comunicacionalmente, creando un canal de televisión propio, entre otros proyectos. Esta iniciativa también suma los aportes del marketing.
- ¿Se está impulsando un marketing religioso?
- Sí, tal cual. Yo creo que hoy es importante. Cuando yo estuve en Tierra Santa, allá en el año 95, me acuerdo que me llamó la atención que en el lago había una pequeña ensenada, que se cree que fue uno de los lugares donde Jesús predicó. Ahora, ¿Jesús qué hacía para predicar? Se subía a una barca y hablaba con la barca desde la orilla. ¿Por qué hacía eso? Bueno, era el modo de tener un anfiteatro, el agua también ayuda a que pueda haber una resonancia para la comunicación y bueno, de algún modo Jesús usaba los medios que tenía en aquel momento. Yo creo que también para nosotros hoy es usar los medios que tenemos para propagar la fe.