Una vez más los sacerdotes han sido víctimas de la violencia en México. Durante la madrugada de este lunes, dos de ellos han sido asesinados en una emboscada en la carretera que unía Taxco-Iguala, en el estado de Guerrero.
Tal y como informa la Archidiócesis de Acapulco, se trata de Iván Añorve Jaimes, de 37 años, quien era el párroco de la iglesia del poblado de Las Vigas, municipio de San Marcos, y Germaín Muñiz García, de 39 años y párroco en Mezcala, municipio de Eduardo Neri.
De acuerdo con el informe emitido por la Secretaría de Seguridad Pública de Guerrero con base en el testimonio de una sobreviviente, los clérigos habían acudido a Juliantla pero al regresar a bordo de una camioneta un vehículo les cerró el paso y hombres armados que iban a bordo comenzaron a dispararles.
En el ataque, informa EFE, resultaron heridos un varón de 27 años, quien resultó con un rasguño de bala en la muñeca izquierda, y una mujer de 25 años, quien perdió el dedo índice de la mano derecha.
Tras el ataque la Policía Estatal llevó a cabo operativos para intentar encontrar a los agresores y a un kilómetro del lugar del ataque se encontró una camioneta con placas del Estado de México en cuyo interior había una cartuchera color verde tipo militar. Los cuerpos de las víctimas fueron trasladados al Servicio Médico Forense (Semefo) de Iguala.
El portavoz diocesano de Chilpancingo-Chilapa, Benito Cuenca, condenó el ataque contra los sacerdotes y recordó que, con ellos, suman seis los sacerdotes asesinados en los últimos cinco años en Guerrero.
El portavoz hizo un llamamiento a los demás religiosos a tomar precauciones y a tomar las medidas necesarias para resguardar su integridad física, pues consideró que son personas públicas y su labor pastoral también es de riesgo. Sobre si hay amenazas hacia los sacerdotes, el prelado expresó que siempre las ha habido, y dijo que sus compañeros asesinados no le hacían mal a nadie y que su labor era evangelizadora.
En tanto, la Archidiócesis de Acapulco emitió un comunicado en que expresó consternación por el trágico suceso y llamó a no cejar en el empeño de construir la paz. "Supliquemos con insistencia al Señor por la conversión de aquellos que, olvidando que somos hermanos, cometen este tipo de crímenes que tanto dañan la dignidad de la persona humana, arrebatan el don sagrado de la vida y siembran dolor y sufrimiento en la familia y en la sociedad", dice el comunicado.