Según informó el municipio de San Isidro, el terreno donde está plantado el árbol fue donado a la Orden de Predicadores (los dominicos) en 1539. Las tierras están situadas sobre una parte del llamado “camino real”, más conocido como “camino inca”, que conducía al antiguo templo dedicado al dios inca Pachacamac, según recoge Ximena Rondón para Aciprensa.
Las crónicas de la época señalaron que el santo plantó algunos olivos en 1637 y que su cultivo “es de un valor excepcional, porque atestigua uno de los milagros de San Martín de Porres”.
Este sería el árbol que plantó el santo hace 400 años (Foto de Ximena Rondón para Aciprensa)
El municipio señaló que un hombre llamado Juan Vázquez escuchó decir al santo: “Cortaremos estacas (de olivo) para que desde el camino real hasta el molino hagamos un olivar (…) y dirán que Dios perdone a quien plantó este olivar”.
La edad y ubicación del árbol fue determinada por un grupo de especialistas de la Universidad Politécnica de Madrid. El método que utilizaron involucra el uso de tecnología de punta ha permitido determinar la edad de más de 300 olivos en diversas partes de España, Italia y el Líbano.
El municipio de San Isidro ha dispuesto un plan de protección y vigilancia al único olivo sobreviviente de los que habría plantado el Santo. También lo ha incluido en la zona de tratamiento especial para preservar los árboles.
San Martín de Porres era mulato, hijo ilegítimo de un español y una mujer de color. Muy humilde en su trato con los demás, se le llamaba "fray Escoba". Sin embargo, era popular por sus asombrosos milagros. Vivió en la misma época que Santa Rosa de Lima y era amigo de San Juan Macías. Además fue confirmado por Santo Toribio de Mogrovejo. Fue canonizado por San Juan XXIII en 1962.
En una Misa celebrada en la casa Santa Marta en el Vaticano, el Papa Francisco afirmó que la espiritualidad de San Martín de Porres “estaba en el servicio, porque sentía que todos los otros, incluso los más grandes pecadores, eran superiores a él. Lo sentía de verdad”.