En el caso de las Grandes Antillas –Cuba, La Española (Haití y República Dominicana) y Puerto Rico—, la respuesta a la emergencia por parte de las Cáritas nacionales comenzó a ponerse en marcha a principios de la semana pasada cuando, tras el anuncio del inminente impacto de “Irma”, se activaron, en estrecha coordinación con las autoridades de cada país, los dispositivos de prevención de daños y evacuación de la población civil de las zonas más expuestas al paso del huracán.
De hecho, todos los responsables de la red Cáritas en la región han señalado que si las pérdidas de vida y los daños personales han sido mucho menores de lo previsto con relación a emergencias anteriores ello se debe al buen funcionamiento de los planes de prevención.
En medio de la destrucción causada por “Irma”, esta constatación supone un elemento positivo, que demuestra la utilidad de las lecciones aprendidas en los últimos años por parte de todas las Cáritas de la zona, con las que Caritas Española vienen trabajando para consolidar procesos de trabajo fiables tanto en la gestión comunitaria para la reducción de riesgos de desastres naturales así como en la respuesta inmediata ante emergencias.
Esta acción estratégica se ha desarrollado mano a mano con las autoridades locales para garantizar una mejor respuesta y coordinación ante emergencias como la causada por el huracán “Irma”.
Una escena de La Habana inundada por el huracán Irma
Ante el anuncio del poder destructivo de “Irma”, considerado como el huracán más poderoso del Atlántico en los últimos 100 años, todas las Cáritas del Caribe pusieron en marcha los planes de prevención.
Cáritas de Puerto Rico se movilizó para afrontar la emergencia. “Hemos activado todas las parroquias donde nuestros voluntarios han identificado a personas vulnerables, como discapacitados, enfermos y adultos mayores, para poder ayudarlos. Tienen instrucciones de qué hacer. Habilitaremos las iglesias como refugios y brindaremos atención a los sobrevivientes, de ser necesario. Estamos estableciendo contacto con otras agencias de ayuda para poder responder en grupo y junto al gobierno”, señaló en las horas previas a la llegada del huracán el padre Enrique Camacho, director de Cáritas Puerto Rico.
En la madrugada del miércoles, 6 de septiembre, el huracán “Irma” impactó en las Antillas más orientales, causando la muerte de 11 personas –ocho en la isla de San Martín, uno en San Bartolomé, uno en Barbuda y otro en Puerto Rico- y 21 heridos en la isla de San Martín.
En Haití y República Dominicana, las autoridades declararon los niveles de alerta naranja y roja, respectivamente, en la costa atlántica. Las Cáritas locales activaron tanto la Unidad de Emergencia en cada diócesis como la Oficina Nacional, además de establecer un plan de acopio y distribución de alimentos y artículos de primera necesidad a los damnificados.
Otra escena de los efectos de Irma a su paso por Cuba
En Cuba, que sufrió los efectos del huracán el 9 de septiembre, fueron evacuadas cerca de 2 millones de personas. En La Habana, las olas de hasta 11 metros, inundaron el malecón y varios barrios tierra adentro. Al norte, en la costa de Camagüey, los primero informes de daños señalan que las ráfagas de viento levantaron los techos de algunas viviendas.
Maritza Sánchez, directora de Cáritas Cuba, ha señalado que hay cuatro diócesis afectadas de forma severa y que, las ciudades costeras que han sufrido mayor impacto son Nuevitas, Esmeralda, Caibarien, Yaguajay, Remedios, así como las diócesis de Camagüey, Ciego de Ávila y Santa Clara.
Por su parte, Ana María Piñol, referente del departamento de emergencia de Cáritas Cuba y directora de Cáritas Diocesana de Santiago de Cuba, ha informado de severos daños en la parte norte, sur y centro de la isla, así como el derrumbe total y parcial de edificios públicos y viviendas. Asimismo, ha confirmado que ya han comenzado a distribuir ayuda a los damnificados, como ropa, alimentos y agua potable.
En los días previos a la llegada de “Irma”, tanto la Oficina Nacional como las Diocesanas hicieron acopio de combustible para suplir necesidades energéticas ante la posible ausencia del fluido eléctrico y para asegurar el transporte de ayuda de emergencia.
Además, se adquirieron alimentos no perecederos (conservas, cereales y leche en polvo) artículos de aseo e higiene personal, agua embotellada y otros bienes de primera necesidad para apoyar a las familias evacuadas y asegurar la respuesta temprana a la población más vulnerable.
Las Cáritas diocesanas de Cuba han distribuido, además, los alimentos disponibles a los servicios de comedores del Programa de Personas Mayores, con el fin de que estos cuenten con alimentos suficientes tras el paso del huracán.
En estos momentos, cada una de las Cáritas de los países afectados está procediendo a la evaluación de los daños ocasionados por el huracán, con objeto de diseñar los respectivos planes de respuesta a la emergencia y lanzar los llamamientos de ayuda a la red internacional de Cáritas.
El equipo referente regional de Cáritas para emergencias tiene previsto desplazarse en breve a las Antillas menores, primer lugar del impacto de “Irma”, donde la destrucción ha afectado en algunos casos al 90% del territorio.
Cáritas Española se mantiene en contacto permanente con todas ellas para definir, a la mayor brevedad posible, los ámbitos de colaboración fraterna más prioritarios en cada país y la respuesta a las demandas de ayuda de cada Cáritas.
El impacto del huracán “Irma” en el Caribe ha coincidido con un fuerte terremoto de intensidad 8,2 en la costa sur del Pacífico mexicano y que ha afectado especialmente a los Estados de Oaxaca y Chiapas. También se han reportado daños en las infraestructuras y redes viarias en la zona costera de Guatemala.
Cáritas México ha activado los mecanismos de respuesta a la emergencia en las zonas afectadas, donde los equipos diocesanos han comenzado a participar en las labores de rescate de los heridos y a prestar ayuda de primera necesidad a los damnificados, además de llevar a cabo un monitoreo de la situación y valoración inicial de daños.
Un emotivo testimonio de solidaridad ha tenido como protagonistas a un grupo de 45 migrantes salvadoreños, nicaragüenses y guatemaltecos que se encontraban acogida en el albergue “Nuestros Hermanos en el Camino” —fundado por el sacerdote Alejandro Solalinde—, que, de manera desinteresada, comenzaron a realizar labores rescate y de limpieza de las casas afectadas y derrumbadas el pasado fin de semana.
Cáritas Mexicana ha organizado una colecta económica para apoyar a los damnificados de Oaxaca y Chiapas, y está recabando datos en el terreno sobre el alcance de los daños con objeto de diseñar el plan de respuesta a la emergencia causada por el seísmo.