Mientras tanto, el líder opositor Leopoldo López ha sido trasladado de la prisión de Ramo Verde a su casa, donde está bajo arresto domiciliario, en buena medida gracias a la incansable lucha de su mujer Lilian Tintori, que ha recorrido el mundo durante estos tres años denunciando la situación de su marido.
Esta fortaleza de ambos, de él en prisión y de ella ante la presión chavista, proviene de la profunda fe de ambos. En una entrevista el año pasado, Tintori aseguraba que en todo este proceso “se ha fortalecido la fe de mi marido, la de mis hijos y la mía”.
Leopoldo López, con la bandera de Venezuela y la cruz que siempre lleva al cuello llegando a su domicilio donde vivirá bajo arresto
“Cuando siento que la fe se me está acabando, voy al sagrario, me arrodillo, me quedo una hora en silencio y me vuelvo a conectar con Dios. Ha pasado varias veces”, aseguraba ella. Mientras tanto él, tenía en la celda una imagen de la Virgen de Caramoto, patrona de Venezuela, y se mantenía con fuerza leyendo la Biblia y haciendo los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola.
Sin embargo, la situación en Venezuela está muy lejos de estabilizarse pues Maduro sigue empeñado en llevar al país hacia la dictadura plena. Por ello, los obispos venezolanos, que ya están empezando a ser acosados y atacados, han vuelto a manifestarse de manera conjunta.
La Conferencia Episcopal Venezolana ha enviado una carta al presidente Maduro instándole a que dé marcha atrás a su convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente. “Estamos convencidos que si Usted (Nicolás Maduro) quiere resolver la grave crisis de escasez alimentaria, medicina e inseguridad, que está causando incontable víctimas”, así como “devolverle a Venezuela su plena institucionalidad democrática, contemplada en la actual constitución nacional, es urgente retirar la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente”, escriben los obispos de Venezuela en su carta, firmada el 8 de julio.
En la misiva, los obispos recuerdan además al presidente de Venezuela que se debe “reconocer la autonomía de los poderes públicos y trabajar conjuntamente con ellos, particularmente con la Asamblea Nacional y la Fiscalía General de la República” por lo que debe “asumir e implementar los acuerdos que se alcanzaron en la primera ronda de diálogo con la oposición”.
Los obispos se comprometen a "aportar luces y señalar caminos de solución, desde nuestra condición de pastores, que caminamos con el pueblo, al que pertenecemos, acompañando y consolando particularmente a los familiares de las víctimas y a los más pobres y afligidos".
Igualmente, los obispos le recuerdan a Maduro que el Papa Francisco sigue “con gran preocupación la situación que vive el pueblo venezolano” poniendo como ejemplo el mensaje del pasado 2 de julio: “aseguro mi oración y expreso mi cercanía a las familias que han perdido a sus hijos en las manifestaciones. Hago un llamamiento para que se ponga fin a la violencia y se encuentre una solución pacífica y democrática a la crisis. ¡Que Nuestra Señora de Coromoto interceda por Venezuela!”.