"Desmantelar la Iglesia católica": es el objetivo del gobierno sandinista de Nicaragua liderado por Daniel Ortega. Eso asegura la alerta emitida por el ilegalizado Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH). Esta entidad avisa de que el régimen se ha propuesto instaurar una persecución "sin precedentes" en el país…
El pasado 27 de enero informábamos de la "tortura judicial" de cuatro días a la que el régimen de Daniel Ortega sometió a siete sacerdotes, diáconos y seminaristas por considerarlos culpables de "conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional", así como de "propagación de noticias falsas en perjuicio del Estado de Nicaragua".
A la espera de conocer la sentencia y pena definitivas, la Fiscalía ha pedido para ellos 10 años de cárcel. Se trata, según la organización, de una sentencia elaborada "con el afán de sembrar el terror y demostrar quién tiene el poder".
Sin que haya pasado una semana, el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), una asociación integrada en la Federación Internacional por los Derechos Humanos (FIDH) que informa sobre los abusos del régimen orteguista, ha alertado al mundo sobre "la profundización de la persecución" contra la Iglesia.
Muestra de ello no son sólo los "juicios espurios". El organismo también apunta a como el régimen también ha "negado la entrada a sacerdotes en su propio país", "forzado a otros religiosos al exilio a causa de persecución y amenazas".
"Esto no es solamente la desarticulación de una diócesis completa. Refleja el propósito del régimen por desmantelar a toda la Iglesia Católica. ¿Acaso pretenden sustraer a los nicaragüenses de sus opciones religiosas e imponer creencias ajenas disfrazadas de cristianismo?", denuncia el Cenidh.
"Sin precedentes"
Según se lee en la denuncia, los católicos nicaragüenses enfrentan "un hecho sin precedentes" que evidencia "que la persecución religiosa es un riesgo real", como es la petición de un grupo de extranjeros para regresar a sus países de origen cuando sean ordenados sacerdotes.
Informó de ello el cardenal Leopoldo Brens durante una homilía el pasado 29 de enero. "El cardenal no tiene que decir las razones, pero evidentemente esos hermanos recién ordenados no quieren prestar servicios bajo estas circunstancias”, declaró una fuente católica anónima al diario El País.
Por ello, el Cenidh pide al régimen que "cese la represión" y a los líderes religiosos les pide dar ejemplo y pronunciarse con valor.
"Que no sigan callando, es necesario romper el silencio. Defiendan a los miembros de su Iglesia y a todo el pueblo de Nicaragua que enfrenta sus días más oscuros", concluye el comunicado.
2022, "el peor año" para la Iglesia en Nicaragua
Ante la inexistencia de cifras oficiales sobre el desarrollo de esta represión, destierros o sacerdotes exiliados huyendo de la persecución, se calcula que 5 sacerdotes han sido expulsados y 10 religiosos -un obispo, ocho sacerdotes y un seminarista- han huido del país. Autoridades como el obispo de Danlí (Honduras), José Canales, consideran que los afectados son más numerosos.
A finales de noviembre de 2022, informamos en Religión en Libertad de cómo el pasado año se convirtió en "el peor para la Iglesia católica" en Nicaragua, según el informe independiente elaborado por Marta Patricia Molina. Si durante los últimos cuatro años la Iglesia fue víctima de 400agresiones por parte del régimen, 127 de ellas tuvieron lugar solo en 2022.
Una cifra que a juicio de la autora se debe a que la Iglesia "es el último bastión que ha quedado en la lucha cívica en Nicaragua" y que justifican el ingreso del país en la lista de países perseguidores de cristianos de la asociación Open Doors: ocupa el puesto número 50, con vecinos como Venezuela (en el 64) y Cuba (en el 27).