El día 2 de noviembre, después de la Solemnidad de Todos los Santos, la Iglesia Católica celebra el Día de los Fieles Difuntos y en diversos países se conmemora esta fecha con una serie de antiguas tradiciones como las mexicanas.
La agencia entrevistó al P. Eligio Luna Vega, sacerdote de la Rectoría San Felipe de Jesús de la Arquidiócesis de México, quien explicó el significado religioso del tradicional Día de los Muertos.
El sacerdote explicó que en México se realiza esta tradición desde la época prehispánica y que después de la conquista se introdujo en ella elementos cristianos.
“Es un culto donde a la muerte se le respeta, porque sabemos que va a llegar, pero también entra la parte ‘chusca’, lo humorístico, del mexicano y nos burlamos de ella”.
El P. Luna indicó que el 2 de noviembre se hace un altar en las casas o en los cementerios donde se coloca el retrato del difunto, las cosas que le gustaban, pan de muerto (que representa el pan de Cristo), cempasúchil ( una flor típica de México) y papel picado. Toda la decoración es festiva para “esperar” con alegría al difunto.
Esta ofrenda tiene dos significados: el primero, señala el sacerdote, se remite a la tradición de que en el Día de los Muertos los espíritus de los difuntos vendrán para estar con sus seres queridos; y el segundo es que en esa fecha se hace una ofrenda de oración por el descanso del alma de quienes han fallecido.
La gente también hace calacas (calaveras) de dulce y se colocan en ellas los nombres de la familia y los amigos con alguna frase humorística que habla sobre la muerte llevando a esa persona al panteón o hasta su casa.
En cuanto a las caras pintadas como calaveras, el P. Luna explicó que la gente lo hace para representar a la muerte pero en un sentido “chusco” y pintoresco para burlarse.
Lo que no se debe permitir es “que se tome a la muerte como un dios, simplemente como un juego o como representaciones y obras de teatro”.
“A la muerte no se le da culto. Lo que hacemos es pedir por nuestros difuntos que están en el cielo y que en ese día, según la tradición, sus espíritus nos vienen a visitar”, expresó.
El sacerdote añadió que según la tradición se sabe que el difunto ya visitó a sus seres queridos porque “se lleva el aroma de la comida”.
El P. Luna indicó que esta celebración muestra que la Iglesia está en comunión con los difuntos. “Sabemos que aunque nosotros estamos vivos, como Iglesia militante, estamos en comunión con las almas del purgatorio y las que están en el cielo. Esto es un signo de que seguimos siendo una sola Iglesia”.
Aclaró que esta tradición ha sido tergiversada por Estados Unidos con la celebración de Halloween y el culto a la Santa Muerte, a la que incluso algunos fieles le dedican el rezo del rosario.
Por otro lado, el P. Luna señaló que la Arquidiócesis de México no tiene ningún problema con la celebración del Día de los Muertos, ya que allí se suele celebrar una Misa en la catedral. Para esa ocasión se colocan los retratos de los obispos fallecidos.
El sacerdote también comentó que en las parroquias se colocan los retratos de los fieles fallecidos indicando sus nombres en la Eucaristía en la que se pide por sus almas.
La tradicional celebración del Día de los Muertos ya ha trascendido fronteras y en lugares donde hay muchos mexicanos como en Estados Unidos, también se festeja.
La arquidiócesis de Los Ángeles, por ejemplo, ha organizado una especial celebración para el 5 de noviembre en el cementerio de Santa Clara.
La arquidiócesis señaló que esta actividad se realiza desde hace tres años y que es “una tradición vibrante basada en la fe donde los fieles difuntos son honrados y celebrados a través de canciones, oraciones y ofrendas”.
En estas celebraciones se realizará una procesión, se colocarán altares, se celebrará una Misa, habrá un concierto de mariachis y actividades para los niños.