El pasado 21 de febrero de 2020, el Papa Francisco aprobó varios decretos que reconocen las virtudes en grado heroico de 4 hombres fallecidos en el siglo XX. Pasan de ser Siervo de Dios a Venerables, y ya sólo se necesita constatar un milagro por su intercesión para poder proclamarlos beatos.
Tres de ellos fueron sacerdotes italianos: Emilio Venturini (muerto en 1905), Pirro Scavizzi (fallecido en 1964) y Emilio Recchia (muerto en 1969). El otro era el joven chileno Mario Hiriart Pulido que murió con poco menos de 33 años, en 1964.
Mario Hiriart: en la Universidad Católica y el movimiento de Schoenstatt
Mario Hiriart Pulido nació en Santiago el 23 de julio de 1931. En 1948 ingresó en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Católica de Chile.
A los 18 años conoció el Movimiento de Schoenstatt, de espiritualidad mariana, y se consagra a la Virgen como laico del movimiento. El grupo de jóvenes católicos al que pertenecía se llamaba "Caballeros del Santo Grial".
Ya como estudiante estableció su objetivo de "hacer extraordinariamente bien lo ordinario", como camino de “santidad de la vida diaria”. Al final de sus estudios recibió el premio del Instituto de Ingenieros de Chile al licenciado con las más altas calificaciones durante sus seis años de estudios universitarios y con la mejor memoria de título del año (1955). Fue allí profesor de 1960 a 1963.
En 1957, con 26 años, acudió a Brasil a formarse en el Instituto Secular Hermanos de María de Schoenstatt, al que se incorporó en 1959.
En 1964 se le diagnosticó un cáncer terminal mientras estaba en MilWaukee (Estados Unidos) conociendo al fundador del movimiento, Padre José Kentenich. Murió el 15 de julio de 1964. Al año siguiente sus restos fueron trasladados al Santuario de Schoenstatt en Bellavista de La Florida (Santiago).
En 1998 se abrió la fase diocesana de su causa de beatificación. Roma aceptó el proceso en 2007 y recibió la "positio" para su estudio en 2012.
Un ingeniero humanista, santidad en lo cotidiano
“La noticia de tener al profesor Mario Hiriart como Venerable hijo de Dios nos llena de alegría a toda la comunidad universitaria. Su trayectoria de alumno y profesor de la Escuela de Ingeniería dejó una huella profunda por su calidad humana, cercanía, humildad y gran fe en el Señor. A través de su trabajo universitario fue capaz de realizar su labor pastoral por medio del ejemplo en sus actividades diarias, fue un verdadero testigo de su labor de profesor universitario católico”, señala el rector de la Universidad Católica de Chile, Ignacio Sánchez.
En un artículo del padre Joaquín Alliende en la Revista Humanitas de junio de 1998, el profesor Juan Enrique Coeymans recuerda que lo conoció en dos planos: en la universidad, como subdirector de la Escuela de Ingeniería, y también como profesor de matemáticas de primer año. Dice que era un hombre profundo, cálido, de una cultura amplia y seria en todos los campos, y con una sensibilidad religiosa fina, honda y equilibrada. “Creo que era un ingeniero humanista, que vivió heroicamente la santidad de lo cotidiano, del trabajo y de la familia”, señala.
En 2004, la historiadora Isabel Margarita González Morandé publicó una biografía de Mario Hiriart a través del Centro de Estudios Bicentenario, que recoge el itinerario vital y de fe de este joven ingeniero.
Un vídeo de 2015 recoge su historia