El denominado Frente Orgullo Nacional Mx, que es uno de los grupos que operan en México del lobby gay, ha lanzado una acusación pública, señalando a cuatro sacerdotes de "ser homosexuales". No presentan pruebas. Solo supuestos indicios de sus páginas personales de Facebook.

El Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME), ha entrevistado al P. Hugo Valdemar, vocero de la Arquidiócesis de México, para responder a estas acusaciones:


- Me ha causado mucha pena ver el odio que existe hacia la Iglesia Católica, y que se manifiesta a través de esta acusación. Para mí ha quedado claro que nuestros acusadores tienen un odio religioso, y por eso odian a los sacerdotes; o bien, un odio hacia los homosexuales, y por eso denigran públicamente a supuestos sacerdotes homosexuales. Como sea, en México el odio religioso u homosexual es un delito, entonces lo que estas personas cometieron fue un acto delictivo, además de una venganza.


- Porque según ellos, la Iglesia no cedió al chantaje de cancelar las dos marchas a favor de la familia. Amenazaron con dar a conocer una lista de sacerdotes supuestamente homosexuales, y lo cumplieron. Cuando se dejan de discutir los argumentos y empiezan a atacar a las personas, sólo demuestran su ignorancia y falta de capacidad para defender sus posturas; si no tienen más qué decir ante los argumentos de quienes ellos consideran su adversario, entonces lo atacan por ser quien es, y no por sus ideas. Esto es justo lo que ha sucedido.


- La acusación que me lanzan me ha hecho mucha gracia, porque si soy de clóset, entonces ¿cómo se dieron cuenta? Y a diferencia de los otros sacerdotes –de los que citan acusaciones ambiguas, basadas en sitios de Facebook–, en mi caso hacen un psicoanálisis, donde dicen “que siento un profundo resentimiento hacia los varones que viven libremente su homosexualidad, ya que fui reprimido en el círculo familiar en el que me desenvolví”.

Así que no sólo son delatores, sino psicoanalistas, y desde su estudio “serio” concluyen que soy un homosexual reprimido, y por lo tanto, condenado doblemente por ser homosexual y reprimido, mientras que a los demás los condenan sólo por ser supuestamente homosexuales activos. Pero la causa de odio y condena es la misma: ser homosexual, ya sea activo o reprimido.


- La acción realizada por el Frente Orgullo Nacional Mx es una práctica abusiva, violenta y de chantaje, y es justamente lo que han hecho. Abusiva, porque haciendo uso de la hoguera de los medios de comunicación, expusieron al escarnio público, sin pruebas reales, a cuatro presuntos sacerdotes homosexuales.

Violenta, porque atentaron directamente contra su honra y honorabilidad, buscando destruirlos moralmente; y de chantaje, porque al dar a conocer cuatro de los 38 nombres que dicen tener en la “lista negra”, pretenden silenciar a la Iglesia, o que el Cardenal castigue a los tres sacerdotes falsamente acusados, lo cual no sucederá, porque para proceder en una acusación no basta un anónimo cobarde o una denuncia escandalosa en los medios, sino presentar formalmente una denuncia acompañada de las pruebas, lo cual no han hecho. 


- En concreto, yo puedo responder por los dos sacerdotes de la Arquidiócesis de México: Mons. Diego Monroy está muy tranquilo, es un sacerdote ejemplar y carismático, muy querido en la Arquidiócesis de México; lo mismo sucede con Mons. Juan Carlos Guerrero.

Hablé con ellos y me dijeron que no estaban sorprendidos por los ataques, pues sabían bien que el posicionamiento firme de la Iglesia iba a terminar en esta campaña de odio y venganza; así mismo, me dijeron que, aunque sabían que interponiendo una demanda tienen todos los elementos para ganarla, no lo iban a hacer; al contrario, perdonan de corazón a sus calumniadores.


- A mí me han puesto un gran número de demandas pero yo, aun teniendo motivos, no he interpuesto ninguna, porque me esfuerzo en vivir lo que Jesús nos pide en el Evangelio: “No odien a sus enemigos, no devuelvan mal por mal, perdonen y serán perdonados, recen por los que les hacen daño y los persiguen”.

Y es lo que voy a hacer por estas pobres personas que tienen su corazón lleno de odio y de resentimiento, y que al odiar a otras personas, supuestamente de su misma condición, sólo demuestran que no se aceptan y que se detestan a sí mismas.


- Cuando el Cardenal se enteró de esta pretensión de acusar a sacerdotes, me comentó: “Muy bien, pero espero que, junto con las acusaciones, me entreguen las pruebas, porque de otra manera se trata de una calumnia; yo, por norma, nunca hago caso a chismes”.

Así que si nuestros “delatores” quieren que se actúe, deben entregar las pruebas, aunque sé que no lo harán; en primer lugar, porque no las tienen, y en segundo, porque finalmente consiguieron su cometido, que fue difamar y mandar a la hoguera de los medios a los acusados.


- Ese es el propósito de estas personas: provocar una venganza, pero se van a decepcionar porque nosotros no actuamos así. El mal, el odio, no se vence con mal y odio, sino con perdón y amor. Y a nuestros fieles laicos, que se han mostrado indignados por estas acusaciones, les pedimos lo mismo, que perdonen y recen por nuestros adversarios.


- Una muy bella, que es la misma del Evangelio: “Dichosos cuando los persigan, los injurien y calumnien a causa mía, porque su recompensa será grande”. Lejos de sentirme enojado, humillado o resentido, me siento contento por cumplir lo que el Señor me encomienda, y no tengo miedo a pagar el precio.