El cardenal Orani Tempesta, arzobispo de Río de Janeiro, la ciudad que acoge los Juegos Olímpicos con sus 10.500 atletas de 200 países, bendijo este viernes 5 de agosto la antorcha de las Olimpiadas Río 2016, a los pies de la colocsal imagen del Cristo Redentor que está en el Cerro Corcovado.
Acompañaban al cardenal en este acto religioso el alcalde de Río, Eduardo Paes; y el Rector del Santuario de Cristo Redentor, el padre Omar Raposo. Llevaba la antorcha la exjugadora de la selección nacional de vóley de Brasil, Isabel Salgado, que participó en las Olimpiadas de Moscú 1980 y Los Ángeles 1984.
“Deseo que los Juegos Olímpicos sean una experiencia de fraternidad y de paz que lleve al progreso que esperamos para superar las dificultades en la construcción de un país más justo”, dijo el cardenal, tras lo cual dirigió el rezo del Padrenuestro.
Orani quiso insistir en un concepto que ha intentado instaurar con motivo de los Juegos: una tregua de cien días, sin violencia entre pandillas, bandas criminales o por razones políticas. Declaró que “ahora vivimos los 100 días de paz que hacen parte de la tregua olímpica” que se inició el 15 de junio y que terminará 50 días después de las Paralimpiadas.
Orani mismo sobrevivió en cierta ocasión a un tiroteo en una favela en el barrio carioca de Santa Teresa, con más de una bala dentro del cuerpo, y por eso insiste de forma especial en la idea de la "tregua olímpica", que cuenta con el apoyo de los Comités Olímpico y Paralímpico de Brasil.
Esta tregua, según el cardenal, cuenta con cinco puntos fundamentales sobre los que debe sustentarse: paz, seguridad, sostenibilidad, actuación y esperanza. Estos puntos son esenciales para la celebración de un gran evento y "ayudarán a construir un legado olímpico y humano en la ciudad", sentenció Orani Tempesta.