El anuncio del presidente mexicano Enrique Peña Nieto de que fomentará la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo y la adopción de menores por parejas homosexuales ha sorprendido a la Iglesia mexicana, que está siendo acosada por los colectivos LGBTI para endosarle el calificativo de "homófoba".
Pero ha reaccionado sin acobardarse: “No nos amedrenta ni nos da miedo ni nos preocupa lo que podrán decir, porque tenemos muy claro que la Iglesia debe ser profética, debe ser valiente sin importar los costos que tengamos que pagar”, aseguró el portavoz de la archidiócesis de México y director del semanario católico Desde la Fe, Hugo Valdemar, en declaraciones a ACI Prensa.
Obispos, sacerdotes y laicos mexicanos criticaron la propuesta de Peña Nieto, recibiendo el ataque de activistas y de diversos medios de comunicación. Entre los atacados figuran el cardenal Norberto Rivera, arzobispo primado de México, y el portavoz de la archidiócesis, Hugo Valdemar.
Estos ataques responden a “una especie de fundamentalismo laicista muy presente en el país”, y hay “mucho enojo, mucha irracionalidad y sobre todo una terrible intolerancia” entre quienes atacan a la Iglesia por defender a la familia, señaló Valdemar: “Incluso piden al gobierno que nos reprima. Han pedido que se cierre el semanario Desde la Fe, que se multe a los obispos, que se les castigue a los sacerdotes que hablen de este tema”.
El sacerdote mexicano lamentó que “prácticamente todos los medios de comunicación son partidarios de este tipo de legislación, de apertura a falsos derechos humanos... Entonces, claro, cuando la Iglesia se opone a esto o hay críticas a este tipo de propuestas viene una especie de linchamiento mediático, como hemos sufrido en la archidiócesis de México con el cardenal Rivera”.
Sin embargo, precisó, estos ataques mediáticos “no nos espantan, no nos preocupa en lo más mínimo. Un lunes yo conté 42 columnas en contra, de una manera verdaderamente visceral, ellos sí groseros, ellos sí faltando el respeto en el lenguaje”.
Quienes atacan a la Iglesia, señaló el padre Valdemar, “usan una estrategia muy simplista: todos los que se oponen a esta mentalidad, a estas propuestas, son homófobos, punto. Sea la Iglesia, sean los obispos, sean los padres de familia, es una manera muy mañosa de descalificar a aquellos que se oponen y que argumentan. Ellos no argumentan, sino que descalifican o incluso insultan”.
“La Iglesia simplemente defiende su doctrina, sus principios”, subrayó el vocero de la archidiócesis de México, y precisó que obrar así “por supuesto que no la hace homófoba. Esto ha sido una especie de chantaje de esas personas: Decir ‘si tú te opones, yo te voy a poner el sanbenito de homófobo, homófoba’”.
Valdemar señaló que “eso no nos puede inhibir, no podemos caer en el chantaje de no hablar con claridad por temor a que nos pongan un mote peyorativo. No por ello la Iglesia tiene que dejar de cumplir su misión”.
El Catecismo de la Iglesia Católica, referente de toda la Iglesia, “condena por supuesto las prácticas homosexuales”, a las que califica de “intrínsecamente desordenadas”, pero al mismo tiempo “alienta a los pastores a dar un trato caritativo compasivo, dedicado, a estas personas y la manera de integrarlas a la Iglesia”.
Temas como el matrimonio y la adopción gay, continuó el padre Valdemar, “son temas que dividen a la sociedad, dividen al país, en un momento en que el país ya está muy dividido, muy lastimado por el narcotráfico, la violencia, la corrupción... Hay situaciones que ameritan verdadera atención del gobierno y los legisladores, como todos estos azotes que tienen postrado al país”, en vez de abordar “este tipo de iniciativas que responden a grupos pequeñísimos, a lobbies internacionales”.