Guillermo Fariñas, disidente cubano de 54 años y católico de fe firme, lleva más de 20 huelgas de hambre en su historial médico y vital, y la última de ellas ha llevado a su hospitalización en la ciudad de Santa Clara, en el centro de la isla, tras una semana sin ingerir alimentos.
En conversación telefónica desde su domicilio en Santa Clara, Fariñas explicó el miércoles que era su séptimo día en ayuno total y dijo sentir "cansancio, somnolencia y dolor intercostal". El jueves al mediodía perdió el conocimiento y fue ingresado en el hospital provincial Arnaldo Milián Castro porque "está muy deshidratado", según dijo su esposa, Wendy Castillo.
Galardonado en 2010 con el premio Sájarov que otorga el Parlamento Europeo a los defensores de los derechos humanos y de la libertad es una de las voces a favor de la libertad que más incomodan al régimen castrista.
"El médico dice que él necesita cuidados intensivos", ha explicado su esposa, Wendy Castillo, recordando que el organismo de Fariñas arrastra el deterioro de otros ayunos similares que ha realizado en años anteriores con diversas demandas.
Guillermo Fariñas, que actualmente coordina el "Frente Antitotalitario Unido" (FANTU, ilegal según el régimen castrista), se declaró en huelga de hambre y de sed el pasado 19 de julio en protesta por los malos tratos que, según aseguró, recibió de agentes policiales cuando acudió a interesarse por otro opositor detenido.
La protesta de Fariñas busca, asimismo, que el Gobierno comunista de la isla dialogue con la disidencia.
Esta medida también se vincula a la huelga de hambre que realiza un grupo de disidentes encabezados por el coordinador juvenil de la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu) en la provincia oriental Santiago de Cuba, Carlos Amel Oliva, desde hace 16 días.
Guillermo Fariñas y su esposa son católicos practicantes. Al acercarse la visita de Benedicto XVI a Cuba Fariñas dijo: "Para mí, que sigo siendo católico pese a que hubo una época de ateísmo recalcitrante en la que era necesario esconder la propia fe, es una alegría que venga el Papa. Cualquier concentración que haya en Cuba y no haya sido convocada por el Partido Comunista es un paso adelante hacia la democracia".
La esposa de Fariñas, que en varias ocasiones ha visto como estos ayunos ponían en peligro la vida de su marido, explicaba en 2010 cuando él dejaba una protesta que casi acaba con su vida: "Yo soy católica de nacimiento, a mí me enseñaron desde pequeña que la fe salva y que nunca hay que perderla. Eso me ayudó mucho".