El juez Alejandro Bonilla Aldana prohibió con un decreto el pasado 10 de mayo las habituales oraciones al inicio de sesión del Concejo de Cartagena de Indias (Colombia) y también que se realicen en las instituciones educativas de la ciudad.
Estas oraciones se celebraban desde hace muchos años, aunque tenían una expresión legal desde un acuerdo del Concejo de 2007. El juez Bonilla Aldana lo que ha hecho es suspender los artículos 1, 2, 3 y 5 de ese Acuerdo 05 de 2007.
El fallo suspende el artículo primero del Acuerdo que señala lo siguiente: “establézcase como orientación fundamental para la recuperación de los principios religiosos en la ciudad, la práctica de la oración al inicio de todas las actividades diarias en las entidades de Gobierno local”.
La iniciativa no partió del juez, sino de un particular, Miguel Ángel Garcés, asesorado por un grupo de "estudios políticos" de la Universidad Autónoma del Caribe. Ya lo había intentado en abril de 2015 sin éxito, pero esta vez encontró un juez favorable.
El fallo del juez Bonilla también suprime otro gesto común que no es necesariamente religioso: “darse un abrazo fraterno al inicio de las actividades” no solo del Concejo sino también en “empresas públicas y privadas, instituciones educativas, comandos y estaciones de policía, batallones militares, asambleas y juntas directivas de empresas, centros comerciales y emisoras de taxis, organizaciones gremiales, asociaciones y en familia”.
Bonilla Aldana aldana suspendió el artículo 5 del acuerdo de 2007 que establece que “en las instituciones educativas, públicas y privadas de nivel preescolar, básica primaria y básica secundaria, la obligación de la formación diaria de sus estudiantes, docentes, y personal administrativo la práctica del principio de la oración, y otras actividades de aspecto religioso”.
Para el magistrado, “la costumbre de la oración no puede tenerse como elemento cultural generalizado y las autoridades civiles imponer su ejercicio obligatorio, desconociendo la libertad de creencias”.
Hace unos días ya se ha presentado en el despacho del juez Bonilla una acción de nulidad contra su fallo.
Cristianos católicos y protestantes de la costa caribeña de Colombia han sentido que el juez abusaba de sus prerrogativas y han convocado diversas iniciativas de oración o de protesta. El diario El Tiempo informó de la convocatoria de “oraciones masivas” en Cartagena por parte de grupos protestantes como el de la pastora Lida Arias, la cual señaló: “Es una iniciativa pacífica que se llevará a cabo hoy y mañana en barrios y parques de toda la ciudad, y es liderada por todo el pueblo de creyentes en Dios todopoderoso. Nadie nos puede prohibir la oración y los abrazos. Esta ciudad y este país necesitan más oración y menos leyes absurdas”.
El diario El Heraldo de la costa colombiana indica que varios concejales como Duvina Torres, Jorge Useche, Erick Piña y Angélica Hodeg, se manifestaron en contra de la decisión del juez Bonilla.
Otra plataforma protestante, la Asociación de Ministros del Evangelio en Bolívar (AMEB) señala que “la oración y el abrazo fraterno rompen las barreras entre las personas y permiten que nos perdonemos”. Convocaron una “manifestación pacífica de oración y abrazo fraterno” en las distintas localidades de la región de Cartagena.
Oración en el Concejo: se solía hacer poniéndose en pie al inicio de la sesión
El arzobispado católico publicó un comunicado defendiendo la libertad de expresión y religiosa. “Todos los católicos seguiremos libremente expresando nuestra fe católica, a través de un acto fundamental que pertenece a nuestra fe como es la oración, tanto pública como privada. Invitamos a que no nos dejemos amedrentar por quienes con todo derecho no profesan una fe religiosa”, afirma el texto.
Reproducimos a continuación la nota de la arquediócesis de Cartagena de Indias.
1. El pasado martes 10 de mayo, un Juez de la Republica prohibió al Concejo Municipal de Cartagena que se hiciera la oración al inicio de sus sesiones, como lo ha realizado inveteradamente siempre en nuestra ciudad. Al mismo tiempo se ha hablado por diversos medios de que esta prohibición se podría extender a las instituciones educativas y otras instituciones de nuestra sociedad.
2. El Arzobispo de Cartagena y el Presbiterio Arquidiocesano, sobre este hecho manifiesta a la opinión pública nacional los siguientes puntos:
2.1. La Constitución Nacional de Colombia garantiza la “libertad de cultos” (cfr. artículo 19) para todo ciudadano colombiano. Este es un derecho que tenemos todos los Colombianos de expresar, si es nuestro deseo, nuestra relación con ese ser superior a quien le llamamos Dios. Cuando cualquiera autoridad civil nos impide ejercer este derecho está violentando los derechos humanos de todos los Católicos de Colombia. Igual sucede con el derecho garantizado por la Constitución al “libre desarrollo de la personalidad” (cfr. artículo 16).
2.2. Como creyentes Católicos en Colombia nosotros les repetimos a todas las autoridades de nuestro país lo que encontramos en la Sagrada Escritura: Preferimos obedecer a Dios antes que a los hombres (cfr. Hechos 5, 29). Igualmente en la Palabra de Dios, que es guía de nuestra Fe Católica expresamente el Señor Jesucristo nos invitó a que oremos siempre, particularmente en medio de las dificultades públicas y personales.
2.3. En las leyes colombianas se garantiza el derecho a la “libre expresión” (cfr. artículo 20) y por lo tanto garantiza el hecho de no estar de acuerdo con una determinación de la autoridad civil que juzgamos injusta.
3. En la Arquidiócesis de Cartagena, todos los católicos seguiremos libremente expresando nuestra Fe Católica, a través de un acto fundamental que pertenece a nuestra fe como es la oración, tanto pública como privada. Invitamos a que no nos dejemos amedrentar por quienes con todo derecho no profesan una fe religiosa.
4. Hoy más que nunca, frente a tantos problemas que tenemos en Colombia necesitamos la ayuda de Dios, los invito a que oremos confiadamente a Él para que proteja nuestra Patria. Y les de sabiduría a nuestras autoridades, para que podamos vivir tranquilos y serenos con toda piedad y dignidad. (cfr. 1 Timoteo 2, 1-2).
+Jorge Enrique Jiménez Carvajal
Arzobispo de Cartagena