Para el lunes 15 de noviembre se ha convocado una Marcha Cívica por el Cambio en Cuba pidiendo reformas democráticas para la dictadura cubana. La convoca la plataforma opositora Archipiélago.

El Gobierno cubano ha declarado ilegal esta marcha y es posible que haya manifestantes que salgan a las calles o realicen actividades de protesta en los días previos o posteriores. Muchos temen que con violencia policial, detenciones o multas el régimen ejerza una represión contundente contra quienes se manifiesten.

El dramaturgo Yunior García, uno de los impulsores de Archipiélago, anunciaba este jueves que para evitar que hubiera violencia policial contra los manifestantes él pensaba marchar "en solitario" el día antes, es decir, el domingo.

"Pido humildemente a todos que evitemos cualquier tipo de enfrentamiento violento, toda acción que genere represión, todo acto que los coloque en situación de peligro. Que cada quien encuentre maneras ingeniosas y pacíficas para lograr expresarse sin dar pie a que se desate la violencia contra ellos", proclamaba Yunior García el jueves.

Cubanos y personas concienciadas con la libertad en Cuba participarán en marchas también en muchas otras ciudades del mundo (se explican aquí).

En este contexto de miedo a las represalias gubernamentales se han pronunciado, por un lado, los obispos cubanos, y por otro, un grupo de 15 sacerdotes, encabezados por Alberto Reyes Pías, al que muchos conocen en España por su libro de 2011 Historia de una resistencia (VozdePapel).

Los obispos piden "mecanismos" sin "intimidación ni represalias"

La Conferencia de Obispos Católicos difundió el miércoles una nota, preocupada por el "aumento de un clima de tensión y confrontación".

Los obispos piden que los cubanos puedan "expresarse y compartir libremente" sus "opiniones, pensamiento o convicciones".

Previenen contra la violencia y piden mecanismos que sin "intimidación ni represalias" puedan encauzar "las insatisfacciones ante las duras realidades cotidianas que agobian a tantos, especialmente a los más empobrecidos y vulnerables".

También piden "un gesto de indulgencia para los que aún permanecen detenidos", a raíz de las manifestaciones del 11 de julio en numerosos puntos de la isla.

Y proponen "un diálogo armónico y civilizado en el cual se puedan encontrar las mejores soluciones a los problemas que nos atañen".

Reproducimos el mensaje completo de los obispos

MENSAJE DE LOS OBISPOS CATÓLICOS DE CUBA 11/NOV/2021

por los Obispos Católicos de Cuba

En las últimas semanas constatamos, entre nosotros, el aumento de un clima de tensión y confrontación que no es saludable ni beneficia a nadie. Por este motivo, queremos fraternalmente compartir con ustedes unas consideraciones que brotan de nuestros corazones de cubanos y pastores del Pueblo de Dios:

Toda persona merece estima y reconocimiento de su dignidad, por su condición de ser humano e hijo de Dios, por ser ciudadano libre, sujeto de derechos y deberes. En consecuencia, todo cubano debería poder expresar y compartir libremente y con respeto, sus opiniones personales, su pensamiento o sus convicciones, incluso cuando disienta de la mayoría.

Cualquier acto de violencia entre nosotros, ya sea física, verbal o sicológica, hiere gravemente el alma de la nación cubana y contribuye todavía más al pesar, al sufrimiento y a la tristeza de nuestras familias. Un alma herida no está en condiciones de construir un futuro de esperanza. La violencia contradice la voluntad de Dios, pues Cristo ha asegurado: “Felices los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mt. 5,9).

Consideramos que urge, cada vez más, la implicación de los cubanos en un proyecto de nación que involucre y motive a todos; que tenga en cuenta las diferencias, sin exclusiones ni marginaciones.

Pensamos que hace falta implementar mecanismos donde, sin temor a intimidación y represalias, toda persona pueda ser escuchada y se encaucen las insatisfacciones ante las duras realidades cotidianas que agobian a tantos, especialmente a los más empobrecidos y vulnerables.

Es imprescindible la implementación de los cambios necesarios, tan largamente deseados, que favorezcan una vida digna y feliz para todos los hijos, aquí, en esta tierra nuestra.

¡Cuánto agradecerían tantas familias cubanas y la misma Iglesia, y cuánto disminuiría la tensión social, si hubiese un gesto de indulgencia para los que aún permanecen detenidos por los acontecimientos del pasado verano!

Una vez más exhortamos a todos a que no escatimemos esfuerzos para que se allanen los caminos del entendimiento, la reconciliación y la paz; de tal modo que las diversas propuestas sobre el destino presente y futuro de nuestro país, encuentren un ámbito de cordura, tolerancia y concordia, y se establezca un diálogo armónico y civilizado en el cual se puedan encontrar las mejores soluciones a los problemas que nos atañen.

A la Virgen de la Caridad del Cobre, Madre y Patrona de Cuba, encomendamos esta hora difícil de la historia de nuestra nación, para que la luz que brota de la paz y del amor, prevalezca sobre los nubarrones del odio y de la enemistad.

“Todos tus hijos a ti clamamos, Virgen Mambisa, que seamos hermanos”.

Los obispos católicos de Cuba
La Habana, 11 de noviembre de 2021

Esta imagen de la Virgen con los cubanos que sufren circula en las redes de católicos que invitan a la Marcha Cívica por el Cambio en Cuba

"No queremos volver a ver policías golpear a su propio pueblo"

El mismo miércoles que se pronunciaban los obispos, 15 sacerdotes católicos cubanos difundían una carta pidiendo a las autoridades permitir sin represalias la manifestación.

"No queremos volver a ver policías golpear a su propio pueblo", reclaman los sacerdotes. "No golpees a los manifestantes porque tanto ustedes como ellos viven entre tanta escasez y miseria", dicen los firmantes en la misiva, dirigida "a todos aquellos que en estos días han sido convocados para reprimir la marcha ciudadana del 15 de noviembre".

Los cubanos "quieren vivir sin miedo a decir lo que piensan, sin miedo a ser vigilados, sin miedo a 'caer en desgracia'". "Tanto ustedes como ellos tienen padres, madres, amigos, conocidos, que lo dieron todo por un ideal y que hoy no tienen nada", aseguran los sacerdotes.

Los sacerdotes recuerdan que el pasado 11 de julio miles de cubanos "salieron a las calles con un clamor que durante muchos años fue un grito ahogado: ¡Libertad! Libertad" y "fueron golpeados, detenidos, denigrados", Cientos de manifestantes "están siendo juzgados y condenados duramente sin haber hecho el mal", recuerdan los religiosos

"Cuando se escriba lo que sucedió el 15 de noviembre sólo habrá dos alternativas: hablar de aquellos que fueron convocados a golpear y reprimir pero decidieron proteger y cuidar a sus compatriotas; o se cuente cómo golpeaste a tu hermano y cómo reprimiste a aquel que estaba reclamando lo que otros muchos añoran".

Este es el texto completo de la carta.

Carta Pública de Sacerdotes Cubanos

A las autoridades civiles y militares.
A los miembros de la Policía Nacional Revolucionaria.
A los miembros de la Seguridad del Estado.
A todos aquellos que en estos días han sido convocados para reprimir la marcha ciudadana del 15 de noviembre.

Los que firmamos esta carta somos cubanos, sacerdotes católicos llamados a ser pastores de nuestro pueblo, que queremos sólo el bien de nuestra patria, queremos una Cuba donde reinen la justicia, la libertad y la paz.

El 11 de julio miles de cubanos salieron a las calles con un clamor que durante muchos años fue un grito ahogado: ¡Libertad! Libertad para expresarnos sin ser reprimidos, para que exista una pluralidad política, para ser protagonistas de la marcha y el destino de nuestra tierra. Muchos de ellos fueron golpeados, detenidos, denigrados. Muchos están siendo juzgados y condenados duramente sin haber hecho el mal.

En estos momentos el gobierno está haciendo lo imposible para que la población desista de la manifestación pacífica programada para el 15 de noviembre. Hay un llamado masivo al enfrentamiento violento. Hay citaciones y advertencias a muchas personas que han expresado su adhesión a esta convocatoria. Y no estamos de acuerdo con eso, no queremos violencia, rechazamos la orden de combate, los palos entregados en los centros de trabajo, las convocatorias a “ejercicios de defensa”.

Si bien es cierto que ningún cubano debe alzar la mano contra su compatriota por el solo hecho de pensar distinto, mucho menos la policía que por vocación tiene el deber de dar ejemplo de civismo a toda la población, que existe para cuidar a los ciudadanos y proteger el orden público.

No queremos volver a ver policías golpeando y maltratando a su propio pueblo. No queremos que se vuelva a derramar sangre, no queremos volver a escuchar disparos. No, porque ese no es el camino que nos llevará a la Cuba que necesitamos y que todos deseamos.

No golpees a los manifestantes porque tanto ustedes como ellos viven entre tanta escasez y miseria. No los calumnies como mercenarios, porque tanto ustedes como ellos tienen padres, madres, amigos, conocidos, que lo dieron todo por un ideal y que hoy no tienen nada. No les impidas marchar pacíficamente porque tanto ustedes como ellos quieren vivir sin miedo a decir lo que piensan, sin miedo a ser vigilados, sin miedo a “caer en desgracia”.

No arrestes a ningún cubano por expresarse en paz, por soñar, por sentirse con derecho a vivir en una Cuba de todos, por sentirse con derecho a participar en su construcción.
No reprimas, esta marcha es por ellos y es por ustedes.

Cuando se escriba lo que sucedió el 15 de noviembre, sólo habrá dos alternativas: hablar de aquellos que fueron convocados a golpear y reprimir pero decidieron proteger y cuidar a sus compatriotas; o se cuente cómo golpeaste a tu hermano y cómo reprimiste a aquel que estaba reclamando lo que otros muchos añoran.

Les pedimos que sigan siempre la voz de sus conciencias, esa voz que nos dice que el camino no es ni la intolerancia ni la represión. Hazlo por Cuba, por ti, por tus hijos. Este 15N elige el respeto, el cuidado, la paz, y no aceptes ninguna invitación a la violencia.
Todos somos cubanos, todos hermanos. Demos ejemplo al mundo diciendo sí a la paz, a la libertad y al civismo.

Que la Virgen de la Caridad del Cobre, Madre y Patrona de todos los cubanos, interceda por nosotros ante su Hijo Jesucristo; Él es nuestra paz. A sus pies encomendamos los esfuerzos y anhelos de los que sueñan y trabajan por una Cuba de todos, con todos y para todos.

P. Alberto Reyes Pías
P. Rolando Montes de Oca Valero
P. Lester Zayas Díaz, OP
P. Jorge Luis Pérez Soto
Diac. Maykel Gómez Hernández, sdb
P. Jorge Luis Gil Orta
P. Fernando Gálvez Luis
P. Kenny Fernández Delgado
P. Ramón Rivas, sj
P. Danny Roque Gavilla, sj
P. José Conrado Rodríguez Alegre
P. Alberto Martín Sánchez
P. Eduardo Llorens Núñez, sj
P. Wilgen Cancio Álvarez, sdb
P. Castor José Álvarez Devesa

#CubaEsDeTodos