El Papa Francisco ha reconocido como mártires "asesinados por odio a la fe" a tres salvadoreños asesinados en 1977: el sacerdote jesuita Rutilio Grande García, de 49 años y sus acompañantes laicos Manuel Solórzano, de 70 años, y Nelson Rutilio Lemus, de 15.
Iban los tres en un automóvil Volkswagen Safari blanco el 12 de marzo de 1977 por una carretera camino de la ciudad de El Paisnal, cuando en el lugar que hoy llaman "las Tres Cruces" fueron emboscados y ametrallados con muchos disparos de bala de distintos calibres. En una entrevista difundida en 2017 habló un ex-miembro de la Guardia Nacional salvadoreña que declaró haber sido uno de los atacantes, Julio Gómez, entonces afincado en Los Ángeles, EEUU.
"Fueron órdenes que recibimos directamente del director de la Guardia Nacional [que entonces era el general Ramón Alfredo Alvarenga]; fuimos seleccionados como ocho miembros de la guardia. Nos habían dado instrucciones de eliminar al cura, porque era comunista, estaba levantando a los campesinos, hablaba mal del gobierno. [...] Íbamos vestidos de civil, pero unos kilómetros antes estaban elementos de la guardia uniformados, ellos nos informaron que el carro se dirigía hacia nosotros, lo esperamos en la calle, y cuando apareció abrimos fuego, todos abrimos fuego al mismo tiempo, desde diferentes puntos de la calle. [...] Teníamos órdenes de que no quedaran vivos, nos acercamos y les disparamos. Yo no sabía que el cura venía acompañado, ni menos con un anciano y un niño. Pero aunque hubiera sabido tenía que cumplir con las órdenes que nos habían dado", explicó en esa entrevista.
Ahora, Rutilio, Manuel y el adolescente Nelson serán celebrados como beatos y mártires de la Iglesia católica. Su causa de beatificación se abrió en 2005 en la arquidiócesis de San Salvador.
Su muerte transformó a San Óscar Romero
La muerte de “el Padre Tilo”, como muchos le llamaban, fue importante en la toma de conciencia de su amigo el obispo Óscar Arnulfo Romero, mártir, canonizado en 2018. Según declaró el cardenal Vincenzo Paglia en un encuentro con los periodistas en la Sala de Prensa de la Santa Sede, “Romero era su amigo. La noche del 12 de marzo de 1977 Romero veló toda la noche el cuerpo del amigo y de dos campesinos asesinados junto a él en una emboscada". Romero sintió que, muerto Rutilio, él debía ejercer de "padre" de los campesinos que nadie defendía.
Así, San Óscar Romero escribió: “Esa noche sentí una inspiración divina para ser valiente y tener una aptitud de fortaleza, mientras que en el país, flagelado por la injusticia social, aumentaba la violencia: violencia de la oligarquía contra los campesinos, violencia de los militares contra la Iglesia que defendía a los pobres, violencia de la guerrilla revolucionaria”.
Organizaba comunidades de base con campesinos
El 24 de septiembre de 1972, Rutilio fue nombrado párroco de Aguilares, la misma parroquia en que él había pasado su niñez y juventud. Allí fue uno de los jesuitas responsables de establecer Comunidades Eclesiales de Base (CEB) y de formar a líderes seglares, llamados “Delegados de la Palabra”. Este movimiento de organización campesina encontró oposición entre los terratenientes, que lo veían como una amenaza.
El jesuita German Rosa ha escrito en VaticanNews que "la riqueza de la experiencia de Rutilio fue descubrir que él era un misionero que colaboraba con los pobladores de Aguilares y El Paisnal en el proyecto del Reino de Dios Padre. La misión le hizo descubrir que esta no era posible sin la participación y colaboración activa con los pobres pobladores de esa región del país".
Y añade: "después de su martirio, Rutilio es, al igual que Jesús, un desaparecido viviente que sigue acompañando a su pueblo de El Paisnal y de Aguilares. [...] El P. Grande fue la voz disonante de la época que hizo posible que surgiera un modo profético de ser cristiano. La predicación de este gran profeta de El Salvador, mostró el coraje de afirmar la diferencia en un contexto político explosivo en la historia del país afirmando una continuidad espiritual genuinamente evangélica en esa realidad difícil y compleja".
Vídeo de marzo de 2019 presentando la figura del padre Rutilio Grande en el aniversario de su asesinato