El Papa Francisco está a punto de partir hacia México, en un viaje que iniciará el próximo miércoles 12 y concluirá el jueves 18 de febrero.
Tras indicar que el Papa será exigente con la Iglesia en México, porque ha recibido muchos dones de la Providencia de Dios y está llamada a custodiarlos, cultivarlos y fructificarlos, el profesor Guzmán Carriquiry, secretario de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL), con encargo de vicepresidente, destaca la situación geopolítica de México en el continente americano, la cual crea un marco de particular interés para este viaje apostólico, pues es una gran frontera entre el norte y el sur de América. Es gran país de encrucijadas por donde pasan todos los vientos y tempestades.
Como primer punto, el profesor uruguayo señaló: “El 60 por ciento de los hispanos en Estados Unidos son de origen mexicano, tan vinculados a su patria, a su tradición católica, a su familia, que no obstante vivan en Estados Unidos discriminados, muchas veces explotados, en trabajos del terciario más primitivo, no olvidan su arraigo original”.
Y añadió que “no obstante esa situación, por amor a su gente y su tierra, constituyen las remesas que, junto al turismo y el petróleo, son capitalización para México. Sin olvidar que dentro de tres o cuatro años, los hispanos van a ser la mitad de los católicos, y entre 2040 y 2050 un tercio de la población de los Estados Unidos”.
Guzmán Carriquiry, uruguayo, uno
de los laicos con más alta responsabilidad
en el Vaticano, destaca la fuerza de la
Virgen de Guadalupe en la identidad mexicana
El número dos de la CAL recordó que el politólogo de la administración de Estados Unidos, Samuel P. Huntington, en su libro ‘Choque de las civilizaciones’ le dedica a México un capítulo “en el que se alegraba porque predecía que México iba a dejar de ser un país latinoamericano para convertirse en país norteamericano”.
“¡Pobre Huntington, -expresó Carriquiry- reflejaba la expresión de los poderosos del Norte, no entendía que las raíces de los mexicanos son más profundas que las de los Estados Unidos”. Y no solo eso, ya que “Huntington en otro libro ‘Quienes somos, reflexiones sobre la identidad norteamericana en tiempos de globalización’, cambiaba enteramente de posición”. Así tras comparar la migración de los hispanos mexicanos a una invasión militar, “asegura que la única solución es ‘americanizarlos a etapas forzadas’. O sea cancelarles el idioma, la religión católica, el amor a la propia patria y al propio terruño. ¡Pobre Huntington, demuestra nuevamente que no entiende nada sobre los mexicanos!”.
Hay otro elemento en este panorama, aseguró el profesor Carriquiry: “Se trata del más importante Estado hispanoamericano, que es al mismo tiempo una gran frontera que mira hacia el norte y hacia el sur, por donde pasa la expansión económica, cultural y religiosa de Estados Unidos hacia el sur, las inversiones, el turismo, los evangélicos y pentecostales, así como las corrientes espiritualistas neognósticas que tienen en California sus laboratorios de exploración y expansión”.
Y de otro lado “pasan de Sur a Norte las corrientes de inmigrantes centroamericanos, y también la droga”.
Carriqury precisó además que “si la red del narcotráfico se desarrolla con toda su violencia en México, en América Central y en el espinazo andino, y se transforma en la compañía multinacional más rediticia y violenta de América Latina, es porque en Estados Unidos está el mayor mercado y demanda de droga. Y si la violencia en México se realiza con armas de alta precisión de los grupos delictivos es porque abundan las factorías y comercio de armas en Estados Unidos, especialmente allí donde EEUU se acerca a esa gran frontera”.
Todo esto hace, explicó el profesor uruguayo, que México “deba mirar hacia el norte, porque allí están sus capitales e inversiones, el tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá, porque de allí viene el turismo y le es decisivo desde el punto de vista económico”, entretanto “sin dejar de mirar hacia el sur, donde está hermanado por orígenes, lengua, tradición católica, cultura y vicisitudes históricas”.
Por todo esto, “América Latina necesita de México que es el Estado hispanoamericano más importante; pero México necesita de América Latina para que la vecindad con Estados Unidos no sea sofocante”.
“De todas maneras es sorprendente -añadió el profesor Carriquiry- que la economía de México dependa de la estadounidense, en ese sistema de producción global integrado de EEUU que abarca todo el Caribe; dependiendo del turismo americano, de los vaivenes del dólar… Y no obstante esa dependencia de esa potencia mundial, declino, ningún país como México en América Latina mantiene y es tan celoso de su identidad y soberanía cultural”.
Así constató que al visitante que va al país “le sorprende la comida, el baile, la música, la literatura, ese mix entre lo festivo y lo dramático, ese barroco que penetra toda la realidad material y espiritual de México”.
Y concluyó recordando que en esta soberanía cultural sorprendente que mantiene México, un papel de primera línea lo tiene Nuestra Señora de Guadalupe, y para ello citó al Nobel de la literatura el mexicano Octavio Paz, “que en una entrevista que concedió antes de morir aseguraba: ‘La Virgen de Guadalupe ha sido más ‘antiimperialista’ que 60 años de fervorosos discursos de los políticos mexicanos’. En el sentido que ha resistido a la invasión cultural de Estados Unidos, gracias a su estructura familiar y comunitaria, a las madres de familia, al peso arraigado de sus costumbres, a su religiosidad, y en todo ello a Nuestra Señora de Guadalupe”.
Vídeo-trailer sobre el documental "Guadalupe, el milagro y el mensaje", que ilustra la relevancia de Guadalupe en México y EEUU