La Unidad de Investigación del Centro Católico Multimedial (CCM) de México informó que durante el 2015 el crimen organizado en este país dio muerte a tres sacerdotes, aumentando a 50 las personas vinculadas a la Iglesia asesinadas en los últimos 25 años.

Las víctimas fueron el P. Israel Garrido, párroco de la Iglesia de San Benito Abad en el Estado de México; el P. Francisco Javier Gutiérrez Díaz, de la Confraternidad de los Operarios del Reino de Cristo (CORC), adscrito a la Arquidiócesis de Morelia Michoacán; así como el P. Erasto Pliego de Jesús, párroco de Cuyoaco, adscrito a la Arquidiócesis de Puebla.

El CCM inició estas mediciones en 1990 y desde entonces han perdido la vida un cardenal, 38 sacerdotes, un diácono, cuatro religiosos, cinco sacristanes y una periodista católica. Todos “a causa de proseguir con ardor su misión eclesial a pesar de las dificultades y de la situación de violencia permanente que se vive el país”, indicó.

Según el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME), el reporte señaló que el 44 por ciento de atentados corresponden a secuestros y torturas, 35 por ciento fueron asaltos a parroquias, 15 por ciento fueron agresiones en la calle; y 6 por ciento corresponden a causa desconocida.

Además, los datos analizados desde hace 25 años señalan al estado de Guerrero y al Distrito Federal como las entidades más peligrosas para el ejercicio ministerial, con un 15 por ciento cada uno. Le sigue Chihuahua y Michoacán, con 9 por ciento cada uno; Veracruz, 8 por ciento; Baja California, Tamaulipas y Puebla, con 6 por ciento cada uno; Oaxaca, Jalisco, Estado de México, con 4 por ciento cada uno; Coahuila, Hidalgo, Aguascalientes, Guanajuato, Sinaloa, Durango y Colima con un 2 por ciento cada uno.

“Los datos aquí expuestos, señalan lamentablemente, a la República Mexicana como el país latinoamericano más peligroso para ejercer el ministerio sacerdotal. Si vemos el fenómeno en perspectiva histórica, el panorama no es alentador, toda vez que nuestro país cumple una década como primer lugar en crímenes de odio contra sacerdotes, religiosos y laicos. Le sigue en peligrosidad Colombia, Brasil, Venezuela, Estados Unidos, Guatemala, El Salvador y Perú, entre otros”, indicó el texto publicado por el SIAME.