Julián Diez es un veterano misionero pasionista, nacido en un pueblo de Burgos y formado en Aragón. Su primera misión fue en Honduras, en 1992. Después estuvo en Guatemala, en San Salvador, de nuevo en Honduras ("cuando el huracán Mitch"), después a Perú...

Ahora lleva un mes en Haití, país golpeado por el terremoto de este verano, la crisis política, la miseria económica... Ha difundido en Obras Misionales Pontificias una primera crónica desde Tabarre, cerca de la capital, Puerto Príncipe.

"La vida se cotiza poco (bandas criminales, delincuencia, violencia e inseguridad, falta de libertad de movimientos…). La pobreza duele y huele. Golpea tan fuerte, que por mucho que te prepares conmociona", constata el veterano misionero, que antes ya ha visto muchas cosas tristes.

"Mucha gente no tiene nada y tú nunca tienes suficiente para ofrecer. No es correcto decirlo, pero quizá todo esto se define bien diciendo que es un país abandonado de todos… menos de Dios", matiza.

"Gracias a las obreras y obreros de Dios, también en Haití, podemos decir que la Iglesia católica es la que más colabora con los pobres. Rica es la tarea social y misionera realizada, con el deseo de ayudar y promocionar a los más necesitados: colegios, escuelas, centros de educación laboral, centros de asistencia sanitaria y de rehabilitación, hospitales, centros de beneficencia de ancianos y niños, talleres, centros de pastoral e iglesias… y más… ¡Gracias! Porque la Iglesia católica somos todos los fieles, y no sólo los misioneros o laicos que nos encontramos dispersos por todo el ancho del planeta y en los rincones menos pensados, y que gracias al apoyo también material, entre todos realizamos de forma regular y por amor a Jesús estas Obras Sociales pero también de apoyo moral y espiritual", constata.

En verano Cáritas España ya anunció una primera ayuda de cien mil euros para Haití que se canalizará a través de las comunidades cristianas y misioneras.

En los últimos 4 años, Cáritas España ha invertido 5,2 millones de euros en proyectos en Haití. En 2010 el país fue golpeado por el Huracán Tomás; en 2011, por el cólera; en 2012, por los huracanes Isaac y Sandy; el de 2016, Mathew, fue especialmente destructivo.

Después de varios años de proyectos de ayuda para vivienda, Cáritas en años recientes se ha centrado en proyectos sobre alimentación, saneamientos, agua, empleo y educación. Ahora que el terremoto de 2021 ha destruido miles de viviendas, la necesidad de aportar techo y alojamiento vuelve a hacerse urgente.

EMERGENCIA «CÁRITAS CON HAITÍ TERREMOTO 2021»

La Caixa: ES45-2100-5731-7202-0028-7356
Santander: ES85-0049-1892-6124-1329-0941

Más datos sobre la acción de Cáritas en Haití aquí