Desde el año 2000 en Costa Rica se declaró oficialmente celebrar el día de la Biblia al año. Su objetivo es fortalecer los valores morales y espirituales de la sociedad.

Recientemente Costa Rica celebró este día. El Congreso de la República fue uno de los escenarios de esa conmemoración.

Por ello, el congresista Fabricio Alvarado dio un breve discurso para explicar la historia de la Biblia y su importancia, recordando que es el libro más vendido en la historia.

Tras lo que pidió permiso al presidente de la Asamblea Legislativa para un tiempo de receso. Esos momentos lo aprovechó para ir entregando un ejemplar de las Sagradas Escrituras a cada uno de los diputados presentes.

Alvarado animó a los demás congresistas a utilizar la Biblia como un manual de referencia en su vida.

"Yo creo que valía conmemorarlo de esta forma dándole a cada diputado una Biblia y diciéndole, este es el libro que nosotros necesitamos como manual de vida", dijo Alvarado.

La iniciativa de Alvarado encontró respaldo en otros congresistas. "Creemos que la Palabra de Dios es bendición para Costa Rica, y entre más presente la podamos tener los que gobernamos este país, pues mejor le irá al país", indicó el diputado Mario Redondo.

"Nos hace reflexionar sobre nuestras creencias, principios y valores. Es importante que reflexionemos todos los diputados de que también aquí tenemos que ser conforme a lo que la Palabra nos ha mandado", afirmó la diputada Paulina Ramírez.

A este mensaje de reflexión se suma el reciente del reconocido pastor Luis Ángel Díaz-Pabón, quien hizo un fuerte llamado a políticos y líderes cristianos a quebrantar su corazón delante de Dios.

"No importa quién sea usted, no importa quién sea yo, recibir de buena gana la Biblia no es suficiente. Es necesario quebrantar el corazón delante de Dios", expresó Díaz-Pabón. Un quebrantamiento que los líderes político-cristianos esperan conduzca a Costa Rica a un futuro mejor.

[La noticia original no detalla qué tipo de Biblia era; a las Biblias protestantes les suelen faltan 7 libros: 1 y 2 de Macabeos, Tobías (o Tobít), Judit, Baruc, Sabiduría, y Eclesiástico (o Sirácida).

Son libros que Lutero rechazó en el s.XVI remitiéndose a un concilio de judíos fariseos del año 90, como si los judíos de 60 años después de Cristo pudieran establecer el canon de los libros cristianos.

Lutero estuvo a punto de rechazar también los libros de Hebreos, Santiago, Judas y Apocalipsis. Nota de ReL].